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que nunca podíamos imaginar e incluso reproducir. Así lo
persiguió y ha demostrado a lo largo de su amplísimo
currículo: los microorganismos producen compuestos,
muchos de ellos capaces de mejorar el bienestar,
prosperidad y salud del hombre y animales útiles; ahí
están, esperando ser descubiertos. Los microorganismos
son los más justamente merecedores del premio que ahora
se me otorga, dice con fina ironía. Este fue el motivo
principal de su trabajo desde los primeros años de
posgraduado investigando en fermentaciones vitivinícolas
y posteriormente en antibióticos diversos en el Instituto
Kitasato. También desde el principio entendió y puso en
práctica nuevos métodos: protocolos de aislamiento
nuevos, nuevos sistemas de cultivo, nuevos métodos de
ensayo de detección y evaluación de la actividad biológica
de los metabolitos. Fruto de este trabajo son los 13 géneros en un gran número de corporaciones: Academia Alemana
nuevos de microorganismos descubiertos, entre ellos
Kitasatosporia, Longispora y Arbophoma con 42 nuevas
especies. Procedentes de todo este abanico de nuevas
especies, descubre, aísla e identifica molecularmente 470
compuestos orgánicos con bioactividad de algún tipo, con
estructuras química novedosas, sin precedentes, muchas de
ellas con capacidad antibiótica: 26 de uso directo o por
derivados semisintéticos de los mismos, en medicina
humana y animal o como promotores de crecimiento,
herbicidas, además de reactivos para el estudio de
funciones bioquímicas celulares.
Antes de su participación en el descubrimiento de las
avermectinas había descubierto un antibiótico inhibidor de
la biosíntesis de los ácidos grasos, estructura básica que
condujo a otros al descubrimiento de las estatinas;
continúa usándose como reactivo en estudios de la
bioquímica de los lípidos. Dentro de una línea inicial de
aislamiento de alcaloides procedentes de fermentaciones
bacterianas, descubre Staurosporina, que posteriormente se
reconoció inhibidor de proteín-quinasa C, abriéndose así la
posibilidad de aislamiento de antibióticos anticancerosos.
De este antibiótico se derivan fármacos antitumorales
como Imatinib y Geftinib.
Como se comentó con anterioridad, la colaboración
con Merck originó el desarrollo por los investigadores de
esta empresa de las avermectinas. El Prof. Omura es un
excelente golfista y fue del margen de la calle del campo
de Golf de donde tomó la muestra de tierra de donde aisló
y cultivo la bacteria que enviada a Merck sirvió, como
antes se describió, para descubrir las avermectinas, los
antibióticos activos frente a nematodos y artrópodos.
Posteriormente ha realizado numerosas investigaciones
sobre el genoma de Streptomyces avermitilis identificando
los genes responsables de los numerosos metabolitos
secundarios que produce esta bacteria, además de los 17
genes responsables de la producción de las avermectinas.
Muchos de los conocimientos y desarrollo de la relación
entre estructura y actividad de macrólidos tales como
leucomicina, tilosina, espiramicina, eritromicina, se deben
también a Omura y su grupo. Derivados de la leukomicina,
como la rokatamicina y de tilosina, tilmicosin llegaron a la
medicina humana; Tilosina se sigue empleando en
@Real Academia Nacional de Farmacia. Spain
medicina veterinaria. Otros antibióticos descubiertos
actúan como inhibidores enzimáticos con actividad
antitumoral: herbicidina inhibidor de Hsp-90; lactacistin
del proteosoma. Otros, como los derivados de piripiropeno
son insecticidas. Varios de estos productos se desarrollan
gracias a proyectos conjuntos entre el Instituto Kitasato
con sus investigadores liderados por el Profesor Omura e
industrias farmacéuticas de Japón, Estados Unidos,
Alemania, etc.
Su amplísima carrera científica ha sido reconocida en
el mundo entero siendo admitido como Doctor honoris
causa en varias universidades: Lajos Kossuth de Hungría,
1991; Westleyan (Connecticut), su otra alma mater, en
1994. Así como académico de número o correspondiente
de Ciencias (Leopoldina), 1992; Academia Americana de
Microbiología; Academia de Ciencias (Instituto de
Francia), 2002; Academia Rusa de Ciencias, 2004;
Academia Europea de Ciencias (Bélgica), 2005; Academia
USA de Ciencias, entre otras y más destacadas. El premio
Nobel que recibe en 2015 no es más que la cima de un
conjunto de reconocimientos previos: Medalla de oro
Robert Koch (Alemania); Premio Charles Thom (Sociedad
de Microbiología Industrial, USA); Premio Príncipe
Mahidol (Tailandia); premio Nakanishi de la Sociedad
japonesa de Química, ídem de la Sociedad Americana, de
la Sociedad americana de Productos Naturales (Ernest
Guenther) y de la Sociedad Internacional de
Quimioterapia; Premio Arima; de la Academia del Japón y
Al Mérito Personal en Japón; Premio Gairdner canadiense
de Salud Global (53), (54), (55).
SEGUNDA PARTE DEL NOBEL 2015
… and the other half to Youyou Tu “for her
discoveries concerning a novel therapy against Malaria”
Introducción 1. Esbozo del paludismo
El paludismo o malaria es la enfermedad parasitaria
más importante de las que afligen al hombre. Aunque no la
más abundante, sí es la que más años estimados de vida
saludable arrebata a la especie humana, es decir, la que
más dolor, incapacidad y muerte ocasiona entre las
enfermedades infecciosas. La causan cuatro especies de
protozoos parásitos patrimoniales – antroponóticas – del
hombre: Plasmodium malariae (fiebres cuartanas),
Plasmodium vivax y P.ovale (tercianas) y P.falciparum
(terciana maligna, cotidiana), además de una especie
zoonótica, P.nowlesi compartida con simios. Asociada esta
enfermedad a las condiciones climáticas que permiten el
desarrollo de sus hospedadores y vectores intermediarios,
especies de mosquitos hematófagos del género Anopheles,
su prevalencia fue sólo estacional en los climas fríos y
templados y continúa siendo permanente, dependiendo de
la pluviosidad, en la gran faja terrestre intertropical.
Cuando éramos, hace unos pocos años, 6000 millones
de personas las estimaciones de prevalencia/demografía de
la malaria se cuantificaban así: unos 1690 millones (el
28%) viven en áreas donde nunca hubo malaria endémica;
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