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biológicamente activos como ocurre con los derivados de
la carbamazepina y el diclofenaco (75). La norfluoxetina,
un metabolito de la fluoxetina es 50% más ecotóxico que
el producto original (76).
Los residuos de los medicamentos de uso humano se
evacúan tradicionalmente por las aguas residuales (en las
aguas “negras” para los de uso interno y, en las “grises”,
para los de uso externo) o en los depósitos de residuos
sólidos, a donde van a parar, tradicionalmente, los envases
no usados o parcialmente utilizados, así como, en muchos
casos, los lodos procedentes de las estaciones depuradoras
de aguas residuales (EDARs). La eliminación de
medicinas no utilizadas en los países industrializados
muestran unos porcentajes alarmantes, que pueden
alcanzar, p.e. en la UE, el 50% de los medicamentos
vendidos (77).
Diferentes estudios demostraron que los sistemas
habituales de tratamientos de aguas y de residuos sólidos
(si exceptuamos el caso de la incineración) resultan
insuficientes para la degradación, y consiguiente
desactivación, de estos productos. Y, como consecuencia
del proceso acumulativo que ocurre en estas estaciones o
depósitos de tratamiento, sus efluentes pueden llegar a
constituirse en los mayores focos de contaminación, por
medicamentos, de las aguas subterráneas y superficiales y,
secundariamente, de las aguas destinadas al consumo
humano (78).
Los medicamentos utilizados para uso veterinario
sufren un proceso de eliminación por heces y orina,
semejante a los que ocurren en el ser humano. Los
porcentajes de eliminación por una y otra vía, así como la
presencia de numerosos metabolitos presentan
proporciones similares, si bien en este caso hay que tener
en cuenta como un nuevo factor de variabilidad, la especie
animal considerada. A parte de los antibióticos y
estrógenos, que pueden llegar a tener una especial
incidencia en la medicina veterinaria, hay que considerar
también el importante uso externo que se hace de
substancias parasiticidas o insecticidas, como es el caso de
la piretrinas o piretroides para los animales de compañía.
En el caso de granjas con una gran concentración de
animales pueden existir estaciones de tratamiento de
efluentes a las que se les puede atribuir las mismas
consideraciones que las utilizadas para los humanos. Sin
embargo, en el caso de la ganadería productiva, la
aplicación de los efluentes directamente al suelo o bien,
indirectamente, a partir de los abonos orgánicos de origen
ganadero, le confieren una particular singularidad. En
estos casos es el suelo él receptor directo de estos residuos son los influentes y efluentes de las EDARs los que
y, serán los procesos de degradación de substancias
orgánicas propios del sistema edáfico, los responsables de
la inactivación, o no, de estos productos (79).
Finalmente, los productos medicinales utilizados en
acuicultura, suponen una fuente directa y significativa de
contaminación de las aguas superficiales y de los
90 @Real Academia Nacional de Farmacia. Spain
Francisco Díaz-Fierros Viqueira
sedimentos fluviales. Son sobre todo las granjas de
salmónidos, por la intensidad de sus sistemas productivos,
las que dieron lugar en Europa a los episodios de
contaminación de aguas y sedimentos más señalados (80)
Recientemente (81), también fueron detectados, en
Escocia, medicamentos en sedimentos, procedentes de
granjas marinas.
4. LA CONTAMINACIÓN DE AGUAS, SUELOS
Y SEDIMENTOS CON MEDICAMENTOS
Una de las recopilaciones más completas sobre la
presencia de fármacos en las aguas es la realizada por
Sadezky, A. et al., 2010 (82). En ella, utilizando diferentes
fuentes de información, recoge 58400 datos, de todo el
mundo. La región que tiene una mayor presencia es la UE
con el 74% de los datos, el continente americano, con USA
y Canadá principalmente, el 22,7% y, el resto,
correspondiente a China, Japón y Australia. De los
estados, el que tiene un mayor conocimiento de este
problema, con el 58% de las muestras totales, es Alemania.
España presenta una situación intermedia, con 1434
muestras (el 2,4%) similar a la de UK, inferior a la de
Francia, pero superior a la de Italia. En la Tabla 2, se
presenta un resumen de esta información, representando
solo el valor máximo encontrado en los diferentes análisis
para cada fármaco. Esto nos daría una primera impresión
sobre el peor horizonte posible en cuanto a la
contaminación por fármacos de las aguas, que es un
procedimiento habitual en la evaluación de riesgos
sanitarios.
En esta recopilación no se tuvieron en cuenta los
productos estrogénicos por entender sus autores que era
muy difícil separarlos de los que tenían un origen natural.
De todas formas revisiones posteriores como la de Aris,
AZ et al., 2014 (83) muestran que sus concentraciones
máximas en aguas naturales, del orden de los 20-30 ng.l-1,
deberían dar origen a medidas de control de estos
productos, como consecuencia de que, aún a esas bajas
concentraciones, pueda existir la posibilidad de que se
generen efectos ecotóxicos.
De los diferentes tipos de aguas consideradas, son las
superficiales, con el 48,3% de los datos, las más
analizadas, seguidas por los efluentes (25,7%) e influentes
(7,4%) de las EDARs. El conocimiento sobre la presencia
de fármacos en las aguas subterráneas, con el 11,7% de los
datos, y sobre todo con las de bebida, con el 2,2%, y las
marinas, con 1,9%, es muy inferior. Como era previsible
presentan las cantidades más elevadas, con pocas
diferencias entre ellos, lo que viene a confirmar la baja
eficiencia de depuración de los procedimientos habituales
de tratamiento de aguas residuales con relación a estos
compuestos (84). Las aguas superficiales presentan valores
inferiores, como consecuencia de los procesos.