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Envejecimiento
cerebral
normal
y
patológico
…
cuadro
neuropatológico
del
cerebro
senil
patológico
es
similar
al
descrito
en
la
mayoría
de
los
libros
sobre
la
EA
y
en
las
introducciones
de
los
trabajos
de
investigación
sobre
esta
enfermedad,
donde
se
menciona
la
alta
densidad
de
depósitos
de
amiloide
y
tau,
la
involución
del
sistema
colinérgico
basalocortical,
la
astrogliosis
y
microgliosis,
el
aumento
del
estrés
oxidativo
y
de
los
elementos
celulares
y
moleculares
del
proceso
neroinflamatorio,
la
pérdida
o
disfunción
de
las
sinapsis
y
la
involución
de
los
sistemas
neurotróficos/adaptativos
frente
al
incremento
de
los
sistemas
de
disfunción/muerte
celular
(25,
41,
44,
55--60).
Todas
las
alteraciones
comunes
a
los
dos
procesos
de
envejecimiento
(y
a
las
entidades
de
envejecimiento
en
el
límite
demencia/no
demencia
y
de
EAs
atípicas),
existen
en
mayor
o
menor
intensidad
en
cada
proceso
(aunque
con
mayor
gravedad
en
la
EA),
pero
no
puede
establecerse
un
nivel
o
tipo
característico
de
involución/adaptación
senil
fisiológica
o
de
neurodegeneración
patológica
en
ninguno
de
ellos
de
una
manera
objetiva
ni
con
certeza
absoluta.
Entre
estas
alteraciones
comunes
se
encuentran:
pérdida
neuronal
más
o
menos
acusada
en
distintas
regiones
corticales,
subcorticales
y
troncoencefálicas,
disfunciones
de
sistemas
basalocorticales,
signos
de
apoptosis
neuronal
y
elevación
de
sus
marcadores--
caspasas,
proteínas
pro--apoptóticas--,
lisis
de
organoides
subcelulares,
acumulación
de
lipofuscina,
alteraciones
de
la
glía
(astrogliosis
y
microgliosis)
y
de
los
vasos
(acumulaciones
de
substancias
en
lisosomas
secundarios,
engrosamiento
de
endotelio
y
membrana
basal,
esclerosis
y
trombosis
vascular)
(61--64).
Hay
que
señalar
que
no
todas
las
alteraciones
se
presentan
en
todos
los
centros
nerviosos
y
que
hay
regiones,
como
el
cerebelo
y
la
corteza
occipital,
que
parecen
ser
las
menos
vulnerables,
muestran
pocas
diferencias
involutivas,
mientras
otras
ponen
de
manifiesto
grandes
diferencias
de
involución
senil
entre
los
cerebros
seniles
normales
y
patológicos,
precisamente
en
las
regiones
más
castigadas
en
la
EA
(hipocampo,
cortex
prefrontal,
estructuras
límbicas,
núcleos
basalocorticales)
(25,
30,
31,
65).
Aunque
de
una
manera
más
teórica
que
científicamente
comprobada,
da
la
impresión
de
que
sobre
un
substrato
de
cambios
morfofuncionales
moleculares
y
celulares
se
van
desarrollando
cambios
patológicos
conforme
disminuyen
los
mecanismos
de
defensa
del
organismo
y
del
propio
CNS
así
como
disminuyen
los
mecanismos
de
adaptación
de
las
neuronas
ante
los
insultos
externos
e
internos
(Figura
6)
(66).
Las
conexiones
sinápticas
disminuyen
en
gran
número
de
circuitos,
sin
embargo,
la
pérdida
de
conexiones
no
se
corresponde
con
la
pérdida
o
disfunción
de
neuronas:
en
el
envejecimiento
senil
fisiológico
existe
una
importante
neosinaptogénesis
que
suple
la
pérdida
de
neuronas
(Figura
1)
(24,
66).
Como
ejemplo
puede
citarse
la
proliferación
de
terminales
axónicos
en
hipocampo
a
partir
de
fibras
remanentes
y
la
neoformación
de
espinas
dendríticas
en
las
neuronas
supervivientes
para
reforzar
la
conectividad
(fenómeno
similar
al
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