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A.
M.
Pascual--Leone
Pascual
No
obstante,
y
a
pesar
de
que
se
está
investigando
intensamente,
aún
no
existen
suficiente
bagaje
de
conocimiento
para
poder
afirmarlo,
sobre
todo,
si
no
hablamos
de
células
germinales
Hay
que
señalar
que
esta
vertiente
de
investigación
fue
movilizada
por
la
publicación
de
Anway
en
el
2005
cuyo
trabajo
está
siendo
ampliamente
citado
(45).
Estos
autores
comienzan
por
plantear
que
los
efectos
transgeneracionales
de
toxinas
ambientales
solamente
pueden
producirse
por
una
alteración
cromosómica
o
epigenética
en
la
línea
germinal.
En
su
trabajo
eligen
dar
vinclozolin
(un
antiandrógeno,
ya
que
se
fija
a
los
receptores
de
andrógenos)
o
methoxychlor
(un
compuesto
estrogénico
que
se
fija
a
los
receptores
de
estrógenos).
El
vinclorozolin
es
un
fungicida
usado
en
la
industria
del
vino
y
el
methoxychlor
es
un
pesticida
como
el
DDT.
Eligen
para
el
experimento
el
periodo
en
que,
en
la
rata,
se
produce
la
diferenciación
sexual,
que
es
en
los
fetos
rata
de
12
a
15
días
de
gestación,
lo
que
en
humano
seria
a
mitad
de
su
gestación.
En
dicha
etapa
inyectan,
por
vía
intraperitoneal,
a
madres
gestantes
de
camadas
distintas,
uno
de
los
dos
compuestos.
Actuando,
en
ambos
casos,
sobre
embriones
de
8
días
de
gestación
y
continuando
hasta
embriones
de
15
días.
De
los
dos
compuestos
inyectan
200
mg
por
kg
de
peso
y
día.
Hay
que
recordar
que
la
diferenciación
sexual
se
produce
en
los
machos
mamíferos
por
la
diferenciación
de
los
testículos,
cuyo
acontecimiento
más
evidente
es
la
diferenciación
de
las
células
de
Sertoli.
Es,
además,
ese
un
momento
en
que
existen
en
el
embrión
cantidades
enormes
de
receptores
de
andrógenos
(AR)
y
de
estrógenos
(ER
beta).
Hay
que
recordar,
también,
que
dicha
diferenciación
sexual,
en
los
mamíferos,
se
produce
en
los
machos
ya
que,
a
pesar
de
su
dotación
genética
de
XY,
se
diferenciarían
como
hembras,
en
vertiente
neuroendocrina
y
de
conducta,
si
en
un
determinado
momento,
específico
para
cada
especie,
no
surgieran
los
testículos
y
la
secreción
enormemente
alta
de
testosterona
fetal
(46).
Estos
autores
dejan
crecer
a
las
crías
hasta
periodo
adulto
y
en
ambas
camadas,
las
inyectadas
con
vinclozolin
y
las
inyectadas
con
methoxychlor,
encuentran
en
los
machos
una
gran
infertilidad
con
disminución
del
número
de
los
espermatozoides
y
también
su
movilidad,
además,
de
alteraciones
histológicas
en
los
testículos.
Todo
ello
en
un
porcentaje
del
90%
de
la
población
de
crías
machos
analizadas.
En
periodo
adulto
cruzan
estos
machos,
más
bien
el
20%
de
ellos
que
parecen
normales
sus
testículos,
con
hembras
normales.
Y
encuentran
hasta
la
cuarta
generación
que
sus
crías
machos
presentan
las
mismas
anormalidades
y
en
igual
proporción.
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