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Desarrollo
perinatal
del
cerebro
1.
INTRODUCCIÓN
La
localización
y
origen
de
la
inteligencia
humana
ha
sido
una
preocupación
científica
ancestral,
primeramente
explicitada
por
Aristóteles,
con
su
concepto
del
alma.
Más
recientemente,
es
bien
conocida
la
controversia
que,
con
respecto
a
la
aparición
de
la
mente,
mantuvieron
Wallace
y
Darwin.
Según
el
primero,
la
mente
apareció
de
forma
súbita
mediante
la
intervención
divina,
mientras
que
para
Darwin
la
mente
apareció
paulatinamente
como
un
perfeccionamiento
más
de
nuestras
funciones
cerebrales.
En
este
sentido,
Darwin
propone,
en
"The
Descent
of
Man",
que
el
hombre
ha
mejorado
paulatinamente
las
capacidades
de
sus
predecesores,
de
tal
manera
que
resulta
del
desarrollo
de
los
primates,
una
de
cuyas
ramas
adquirió
progresivamente
la
inteligencia.
Esta
hipótesis
del
crecimiento
paulatino
de
la
inteligencia
fue
ampliada
por
T.H.
Huxley,
en
el
sentido
de
que
la
evolución
del
cerebro
ha
seguido
un
patrón
cuantitativo
("la
cantidad
es
lo
que
vale").
Al
establecer
la
doctrina
de
la
continuidad
propone
que
a
un
aumento
de
tamaño
del
cerebro
le
sigue
el
crecimiento
de
la
inteligencia.
De
esta
manera
impulsó
la
teoría
de
la
encefalización,
que
intenta
demostrar
la
desproporción
existente
entre
el
tamaño
de
nuestro
encéfalo
y
aquél
que
nos
correspondería
dado
nuestro
tamaño
corporal.
Curiosamente,
el
proceso
de
encefalización
comienza
en
los
prosimios,
puesto
que
los
lemures
tienen
ya
una
encefalización
que
podríamos
calificar
de
"media".
Son,
sin
embargo,
los
simios,
es
decir,
los
primates
antropoideos,
los
que
destacan
por
su
avanzada
encefalización.
Aún
es
más
esclarecedor
el
hecho
de
que
la
encefalización
se
centra
principalmente
en
el
crecimiento
del
lóbulo
prefrontal,
allá
donde
hoy
sabemos
radica
la
inteligencia,
y
que
en
los
primates
alcanza
un
especial
grado
de
desarrollo.
En
efecto,
fue
Elliot
Smith
el
primero
en
proponer
la
idea
de
que
el
área
prefrontal,
exclusiva
de
los
primates,
podría
ser
el
sustrato
donde
se
desarrollara
la
mente.
En
este
sentido,
Brodman
propuso
que
la
transformación
de
los
primates
en
los
homínidos
fue
consecuencia
de
la
evolución
del
área
prefrontal.
Concretamente,
de
la
zona
dorsolateral,
en
donde
aparece
una
capa
nueva
del
córtex,
la
lámina
IV,
repleta
de
células
granulares.
Esto
explica,
asimismo,
la
formación
de
las
numerosas
circunvoluciones
cerebrales,
causadas
por
el
crecimiento
masivo
de
las
capas
más
externas
del
córtex.
De
hecho,
el
Australopithecus
africanus,
a
pesar
de
poseer
sólo
450
gramos
de
encéfalo
y
tener,
posiblemente,
una
estructura
cerebral
diferente
de
la
del
hombre
actual,
tenía
muy
desarrollado
el
sector
orbital
del
lóbulo
frontal,
puesto
que
quedan
señales
de
ello
en
los
fósiles
encontrados.
En
este
sentido,
es
en
el
lóbulo
frontal
donde
se
ha
propuesto
radica
la
denominada
Teoría
de
la
Mente,
que
se
define
como
aquélla
que
dirige
nuestro
comportamiento,
teniendo
en
cuenta
lo
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