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Noticias
científicas
genéticas.
Las
traslocaciones
por
lo
general
producen
la
fusión
de
dos
genes
para
crear
un
oncogen
(
como
en
el
caso
de
BCR--ABL
en
la
leucemia
mieloide
crónica)
pero
en
un
pequeño
número
de
casos,
pueden
también
inactivar
un
gen
supresor
de
tumor
al
producir
una
truncación
del
mismo,
o
al
separarle
de
su
promotor.
Las
deleciones
homocigóticas
implican
a
uno
o
a
unos
pocos
genes
y
la
diana
es
siempre
un
gen
supresor
de
tumor.
Las
amplificaciones
contienen
un
oncogen
cuyo
producto
proteico
esta
anormalmente
activo,
simplemente
porque
el
tumor
contiene
de
10
a
100
copias
del
gen
por
célula
comparado
con
las
dos
copias
presentes
en
las
células
normales.
La
mayoría
de
tumores
solidos
contienen
docenas
de
traslocaciones.
Pero
como
sucede
con
los
genes
passenger
estas
no
dan
lugar,
por
lo
general,
a
una
ventaja
selectiva
en
el
crecimiento
celular.
Los
puntos
de
rotura
de
las
traslocaciones
no
suelen
contener
genes
y
muchas
de
las
traslocaciones
y
deleciones
homocigóticas
se
encuentran
adyacentes
a
los
sitios
por
donde
se
producen
las
roturas
de
los
cromosomas
(
sitios
frágiles).
Las
células
del
cáncer
parecen
poder
sobrevivir
a
estas
roturas
cromosómicas
mas
fácilmente
que
las
células
normales,
debido
a
que
contienen
mutaciones
en
genes
como
TP53,
que
normalmente
responderían
a
lesiones
en
el
DNA
activando
la
muerte
celular.
Los
estudios
realizados,
revelan
que
hay
10
veces
menos
genes
afectados
por
cambios
cromosómicos
que
por
mutaciones
puntuales.
Así
pues,
aunque
las
alteraciones
cromosómicas
son
mas
frecuentes
en
las
células
cancerosas
estas
no
parecen
en
su
mayoría
tener
mucho
efecto
en
el
proceso
de
la
tumorogénesis.
Impacto
de
la
Genómica
del
cáncer
en
su
tratamiento
El
reconocimiento
de
que
ciertos
tumores
contienen
mutaciones
activadoras
en
genes
driver
que
codifican
para
proteína
quinasas
ha
permitido
el
desarrollo
de
una
serie
de
nuevos
fármacos
inhibidores
de
proteína
quinasas
que
tienen
a
estas
como
dianas
terapéuticas.
Ejemplos
de
esto
son
los
inhibidores
de
quinasas
EGFR,
los
inhibidores
de
ALK
y
los
inhibidores
específicos
de
BRAF.
Antes
de
instituir
un
tratamiento
con
estos
agentes
es
necesario
determinar
si
el
cáncer
del
paciente
en
cuestión
contiene
las
mutaciones
sensibles
a
estos
fármacos.
Así
por
ejemplo,
una
fracción
de
pacientes
con
cáncer
de
pulmón
presentan
mutaciones
de
EGFR
o
traslocaciones
de
ALK,
y
sólo
estos
pacientes
podrán,
al
menos
en
principio,
responder
a
ellos.
Por
el
contrario,
el
tratamiento
de
pacientes
de
cáncer
de
pulmón
que
no
presentan
esas
alteraciones
genéticas
con
dichos
productos
no
sería
eficaz,
sino
que
se
podrían
presentar
efectos
secundarios
de
tipo
tóxico,
mientras
que
sus
tumores
continúan
progresando.
Una
segunda
consideración
se
refiere
a
los
efectos
secundarios
y
metabolismo
de
los
agentes
terapéuticos.
En
la
actualidad
la
dosis
de
los
fármacos
empleados
en
el
tratamiento
del
cáncer,
esta
basada
en
el
tamaño
del
paciente
(peso
o
área
corporal).
Pero
el
cociente
terapéutico
de
los
fármacos
anticancerosos
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