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ENFERMEDAD
DE
CHAGAS…..
del
parásito,
pero
no
parásitos
intactos
(50).
Esto
unido
a
la
inducción
de
lesiones
inflamatorias
por
homogenados
de
T.cruzi,
apoyaría
la
tesis
del
Figura
11.--
Mecanismos
implicados
en
la
patología
autoinmune.
mimetismo
molecular.
Otros
mecanismos
que
sustentan
la
teoría
autoinmune
son
la
existencia
de
antígenos
crípticos
y
activación
policlonal
(55),
mecanismos
de
evasión
muy
comunes
entre
los
patógenos.
También,
la
denominada
activación
bystander,
que
es
la
activación
de
células
T
específicas
frente
a
un
antígeno
durante
la
respuesta
inmune
frente
a
un
antígeno
diferente,
y
puede
ocurrir
con
o
sin
propagación
de
epitopos.
En
la
enfermedad
de
Chagas,
esta
vía
puede
ser
iniciada
tanto
por
antígenos
propios,
procedentes
de
la
destrucción
tisular
como
por
antígenos
parasitarios,
en
un
ambiente
rico
en
mediadores
de
la
inflamación;
posteriormente
esas
células
T
reaccionarían
frente
a
antígenos
propios
convirtiéndose
así
en
células
T
autorreactivas
(53).
El
daño
tisular
resultante
de
esta
reacción
autoinmune
produciría
la
liberación
de
nuevos
antígenos
propios,
cuyo
procesamiento
y
presentación
induciría
nuevas
reacciones
autoinmunes
frente
a
los
nuevos
epitopos.
Teniendo
en
cuenta
que
la
propagación
de
epitopos
es
el
proceso
por
el
que
epitopos
distintos
al
inductor
de
una
respuesta
se
convierten
en
la
diana
de
esa
respuesta,
ambos
mecanismos
estarían
directamente
relacionados.
En
defensa
de
la
relación
directa
entre
enfermedad
e
infección,
y
su
consideración
como
enfermedad
parasitaria,
hay
cada
vez
más
evidencias.
Así,
los
neutrófilos
y
eosinófilos
sólo
dañan
a
las
células
sanas
“espectadoras”
cuando
se
incuban
en
presencia
del
parásito,
indicando
que
es
la
interacción
con
el
parásito
lo
que
dispara
la
citotoxicidad
(56).
Además,
la
mayor
sensibilidad
de
las
técnicas
actuales
basadas
en
PCR
ha
permitido
detectar
antígenos
y
ADN
de
T.
cruzi
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