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J.
M.
ORTIZ
MELÓN
órganos
vitales.
El
diagnóstico
temprano
y
el
tratamiento
reducen
la
incidencia,
previenen
la
muerte
y
cortan
la
transmisión.
En
los
años
1950
y
posteriores,
la
Organización
Mundial
de
la
Salud
inició
un
proyecto
para
erradicar
la
malaria.
Tras
un
cierto
éxito,
la
malaria
rebrotó
en
muchos
sitios,
debido
a
la
aparición
de
parásitos
resistentes
a
los
fármacos
utilizados,
como
la
cloroquina,
que
había
sido
empleada
hasta
entonces
con
éxito
y
había
controlado
la
expansión
de
la
enfermedad.
Al
comienzo
de
la
Revolución
Cultural
China,
en
los
años
1960,
el
Gobierno
Chino
lanzó
un
proyecto
secreto,
de
carácter
militar,
dirigido
a
encontrar
un
remedio
para
combatir
el
azote
mortal
de
la
malaria.
China
estaba
motivada
especialmente
para
encontrar
un
remedio,
no
solo
por
ser
un
problema
importante
para
el
propio
país
sino
también,
porque
el
Gobierno
de
Vietnam
había
solicitado
su
ayuda,
en
un
momento
en
el
que
Vietnam
se
encontraba
en
guerra
y
la
malaria
hacía
estragos
entre
la
población
civil
y
militar.
La
operación,
denominada
Proyecto
523
(por
el
día
en
el
que
fue
anunciada,
23
de
mayo
de
1967)
tenía
por
objeto
combatir
la
malaria
resistente
a
cloroquina.
La
naturaleza
clandestina
de
la
empresa
y
el
clima
político
reinante
en
China
creó
una
situación
en
la
que
no
se
permitía
la
publicación
de
trabajos
científicos,
de
manera
que
la
mayor
parte
de
los
avances
realizados
quedaron
ocultos
a
la
comunidad
científica
internacional
y
muchos
detalles
son
todavía
un
misterio.
Tu
Youyou,
fue
nombrada
Jefe
del
Proyecto
523
en
su
Instituto,
en
el
que
investigadores
de
la
Medicina
tradicional
china
trabajaban
codo
con
codo,
con
modernos
químicos,
farmacólogos
y
otros
científicos,
presididos
por
el
mandato
de
Mao
Tse
Tung
de
“explorar
y
mejorar
el
gran
tesoro”
de
la
Medicina
China
tradicional.
Explorando
viejos
textos
y
remedios
populares
en
busca
de
posibles
pistas,
el
grupo
de
Tu
y
cols.
obtuvieron
hacia
1971,
380
extractos
procedentes
de
mas
de
200
plantas.
Los
investigadores
ensayaron
la
posibilidad
de
que
alguno
de
estos
extractos
pudieran
eliminar
el
Plasmodium
de
la
sangre
de
ratones
infectados
con
el
parásito.
Uno
de
los
extractos
pareció
particularmente
prometedor.
Se
trataba
de
material
procedente
de
la
planta
Artemisia
annua
(Quinghao
en
chino)
que
resultó
capaz
de
inhibir
el
crecimiento
del
parásito
en
animales.
Sin
embargo,
estos
esperanzadores
resultados
no
resultaron
ser
muy
reproducibles.
Rebuscando
en
la
literatura
Tu
y
su
equipo
encontraron
poco
después,
que
la
primera
descripción
de
Quinghao
databa
de
un
documento
de
hacia
2.000
años
llamado
“52
Recetas”
que
detalla
el
uso
de
hierbas
para
combatir
hemorroides.
Tu
y
colegas,
encontraron
un
pasaje
referido
a
la
capacidad
de
Quinghao
para
curar
la
malaria
que
decía
“Toma
un
puñado
de
Quinghao,
remójalo
en
dos
litros
de
agua,
cuela
el
liquido
y
bebe”.
Tu,
recapacitando
sobre
este
texto,
se
dio
cuenta
que
el
procedimiento
estándar
de
hervir
y
extraer
a
temperatura
elevada
podía
destruir
el
ingrediente
activo.
Partiendo
de
esta
idea,
Tu
rediseñó
el
proceso
de
extracción
llevándolo
a
cabo
a
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