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EDUARDO
COSTAS
Y
COL.
enigma.
De
inmediato
reconocemos
en
ella
la
reacción
parcial
que
representa
la
respiración:
C6H12O6
+
6
O2
?
6
CO2
+
6
H2O
[2]
gracias
a
la
cual
obtenemos
la
energía
necesaria
para
mantenernos
vivos.
Si
solo
funcionase
esta
oxidación,
se
agotaría
el
oxígeno
libre
de
la
atmósfera
(incluso
relativamente
rápido)
pues
hay
en
la
Tierra
suficiente
materia
orgánica
como
para
ello.
Durante
una
buena
parte
de
la
historia
de
la
vida
en
la
Tierra
no
hubo
una
atmósfera
oxidante
con
oxígeno
libre.
La
otra
reacción
parcial
aporta
la
clave:
6
CO2
+
6
H2O
?
C6H12O6
+
6
O2
[3]
se
trata
de
la
ecuación
que
representa
la
fotosíntesis.
Desde
que
proliferaron
las
cianobacterias
y
las
microalgas
el
equilibrio
se
desplazó
en
este
sentido
y
apareció
una
atmósfera
muy
rica
en
oxígeno
libre
y
escasa
en
dióxido
de
carbono
que
ha
permitido
la
existencia
de
animales
de
gran
tamaño
como
nosotros.
No
hace
falta
ir
a
Marte
para
saber
que
no
hay
en
su
superficie
una
rica
vida
fotosintética
como
la
que
hay
en
la
Tierra.
Si
la
hubiese,
su
atmósfera,
lejos
del
equilibrio,
contendría
cantidades
significativas
de
oxígeno
libre
(11).
Sin
duda,
en
el
equilibrio
de
la
reacción
respiración--fotosíntesis
[1],
los
organismos
fotosintetizadores
juegan
un
papel
protagonista.
Una
parte
de
los
fotosintetizadores
son
plantas
terrestres,
pero
el
mar
ocupa
el
70%
de
la
superficie
del
planeta
y
recibe
la
gran
mayoría
de
la
radiación
solar.
Por
tanto
buena
parte
de
la
clave
del
equilibrio
estará
en
los
organismos
fotosintetizadores
marinos,
en
su
gran
mayoría
organismos
fitoplanctónicos
microscópicos,
verdaderos
protagonistas
del
balance
del
dióxido
de
carbono
en
la
Tierra
y
por
tanto
del
destino
del
cambio
climático.
2. EL RELEVANTE PAPEL DEL FITOPLANCTON EN EL DESTINO DEL
CAMBIO CLIMÁTICO
2.1.
Cambiando
tradiciones
milenarias
en
la
Biosfera
Los
hombres,
unos
recién
llegados
al
planeta
(si
la
historia
de
la
vida
en
la
Tierra
solo
durase
un
año,
nosotros
apenas
apareceríamos
a
punto
para
comernos
la
última
uva
en
la
noche
fin
de
año),
con
la
rebeldía
irreflexiva
que
caracteriza
a
los
adolescentes,
estamos
cambiando
una
de
las
más
antiguas
tradiciones
de
la
Biosfera:
en
efecto,
el
Sol,
la
fuente
caliente
de
nuestra
máquina
térmica,
es
una
pequeña
estrella
en
proceso
de
convertirse
en
una
gigante
roja;
a
lo
largo
de
este
proceso,
el
Sol
prácticamente
duplicó
la
radiación
incidente
que
envía
a
la
Tierra
desde
que
hace
cerca
de
4.000
millones
de
años
apareció
la
vida
sobre
ella
inaugurando
la
Biosfera.
Pese
a
este
gran
incremento
de
la
radiación
solar,
la
Tierra
siempre
fue
habitable
y
la
temperatura
varió
muy
poco
a
lo
largo
de
eones
durante
las
distintas
eras
geológicas.
La
vida
encontró
la
solución:
secuestrar
gases
de
efecto
invernadero
de
la
atmósfera,
manteniendo
así
una
temperatura
adecuada
en
la
Biosfera.
Mediante
la
fotosíntesis
los
productores
primarios
secuestraron
CO2
de
la
atmósfera,
acumulándolo
en
forma
de
materia
orgánica
reducida
de
las
que
los
combustibles
fósiles
(petróleo
y
carbón)
son
buenos
ejemplos.
La
biosfera
acumuló
también
gases
de
invernadero
de
otras
muchas
formas
“ingeniosas”,
por
ejemplo
secuestrando
grandes
cantidades
de
CO2
atmosférico
en
forma
de
carbonato
cálcico
con
el
que
construir
los
hermosos
caparazones
de
multitud
de
organismos
(los
magníficos
cocolitos
de
las
actuales
haptoficeas
son
un
extraordinario
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