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FRANCISCO DÍAZ-FIERROS VIQUEIRA  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

la utilizaban profusamente en sus obras. Científicos como el químico
Gay-Lussac (1810) o naturalistas como Schwann (1837) o Schulze
(1836) la defendían abiertamente y Pouchet publica en 1858 un volu-
minoso tratado con todos sus pormenores. Sin embargo Pasteur a par-
tir de 1862 y después de publicar unos excelentes trabajos donde lla-
maba la atención, sobre todo, de los errores de método en los que
incurrían los defensores de la generación espontánea inició el princi-
pio del fin de esta teoría. Que, de todas formas pervivió, de forma re-
sidual hasta bien entrado el siglo XX en trabajos como los de Elfving
(1938) o Lepeshinskaya (1945) (21).

    Otra alternativa donde se mantenía el planteamiento vitalista era
la de la panespermia o eternidad de la materia viva que suponía que
esta siempre había existido por todo el universo, fertilizando los dife-
rentes planetas (entre ellos la tierra) con gérmenes vitales aportados
por la caída de meteoritos. Había nacido a finales del XIX a partir del
descubrimiento de materia orgánica en los meteoritos y un número
sorprendente de importantes científicos la había defendido, como el
inglés Lord Kelvin (1871), el francés Van-Tieghen (1891) o el ruso Kos-
tychev (1921). Incluso científicos de tanta transcendecia e importan-
cia como el químico Arrhenius (1912) o el geoquímico Vernardsky
(1924) apoyaban versiones particulares de esta teoría (21).

    La otra teoría, de base mecanicista, denominada abiogénesis, pro-
ponía el origen de la materia viva a partir de la evolución de la ma-
teria mineral. Haeckel la había defendido sin mayores argumentos
pero otros científicos habían intentado desarrollar diversas teorías que
justificaban determinados procesos evolutivos de la materia compa-
tibles con las supuestas condiciones físico químicas de la tierra en
épocas pretéritas. En todas ellas existía siempre un agente físico-quí-
mico (luz ultravioleta, descargas eléctricas, energía química, tempe-
ratura, etc.) que inducía el proceso de síntesis de la materia viva.

    En 1875 el biólogo alemán E. Pflüger (13) propuso como origen
de la materia viva el radical CN que se podía sintetizar espontánea-
mente cuando compuestos nitrogenados se ponían en contacto con
carbón al rojo blanco. Suponía que estas reacciones se producían
cuando la tierra estaba incandescente y que posteriormente estos ra-
dicales cianógeno por sucesivas condensaciones podían dar lugar a
los primeros aminoácidos. Esta teoría tenía demasiadas simplificacio-

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