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MONTURIOL, F. Y JIMÉNEZ, R. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
Empezando por las litofacies más antiguas, encontramos algunos
terrenos triásicos hacia el Cortijo de la Girana, materiales represen-
tados principalmente por margas abigarradas y yesos, típicos del
Keuper. La literatura indica también la presencia de ofitas disemi-
nadas por algunos sitios cerca del término de Villanueva de las To-
rres. Muy poca representación tienen igualmente los materiales co-
rrespondientes al Lias, aunque por su naturaleza destacan
claramente en el conjunto del paisaje. Fundamentalmente se trata de
calizas grises y blancas, a veces con nódulos de sílex y a veces tam-
bién con intercalaciones de brechas y margas. Tampoco de mucha
mayor extensión son los materiales correspondientes al Cretácico,
que desde el Albiense al Santoniense viene representado por margo-
calizas, margas con yesos, brechas con cantos a veces silíceos y
matriz margosa y tramos arcillosos que a veces son auténticas argi-
litas.
La mayor representación dentro del término de Villanueva de las
Torres la tienen las litologías correspondientes al Terciario que co-
mienzan con calizas y margas del Paleógeno y continuando sobre
todo con las del Neógeno, cubren grandes superficies y que se han
depositado después de la orogenia alpina por erosión de materiales
anteriores y plegados por aquélla. Entre sus distintas litologías tene-
mos sobre todo, margas y conglomerados de cemento calizo. Entre
el Terciario y el típico Cuaternario, encontramos unos niveles de
limos y arcilla, con intercalaciones de conglomerados a veces con
costras e incluso niveles de margas y calizas de un Plio-cuaternario
quizá Villafranquiense. Finalmente coronando todos los depósitos
que rellenan la depresión de la Hoya de Guadix, encontramos arci-
llas y gravas con costras de un Pleistoceno-Holoceno y finalmente
derrubios de ladera y depósitos aluviales del Holoceno actual.
Ya en el apartado de «Aspectos generales» nos hemos referido a
la fisiografía general del paisaje, lleno de barrancos, cárcavas y ce-
rros de paredes a veces verticales que dan lugar a unas formaciones
muy típicas denominadas «badland», paisaje resultado de la erosión
intensa, rápida y constante de los materiales poco consolidados que
como arcillas, limos y margas rellenaron y colmataron la depresión
que hoy conocemos como «Hoya de Guadix». Este terreno tan aba-
rrancado topográficamente se mueve entre los 600 metros en el cauce
del río Fardes hasta cotas superiores a poco más de 1.000 metros
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