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VOL. 75 (3), 467-477, 2009  NECROLÓGICA DON GREGORIO VARELA MOSQUERA

    En 1957 obtiene por oposición la Cátedra de Fisiología de la Fa-
cultad de Farmacia de Granada y meses más tarde se encarga de la
dirección de la Sección de Fisiología Animal de la Estación Experi-
mental del Zaidín (Granada). Tanto en la Facultad como en la Esta-
ción Experimental se rodeó muy pronto de excelentes colaboradores
entusiastas, entre los que figuraban Julio Boza, Gómez Guillamón,
Juan Fonollá, Aurelio Morillo y posteriormente Salvador Zamora,
Manuel de la Higuera, Alejandro Esteller y muchos más, cuyos artícu-
los se publican en las revistas más importantes de Nutrición y Fisiolo-
gía y cuyas comunicaciones y ponencias figuran en las Actas y Procee-
dings de los congresos más valorados de esta época.

    Otro campo en el que Valera fue pionero en España es el de los
aceites y grasas de fritura. Fue el primero en estudiar la palatabili-
dad y valor nutritivo del aceite de oliva de diferentes regiones pro-
ductoras españolas. Después trabajó en la estabilidad del elaborado
por distintos procesos de prensado y extracción, en el almacenado
bajo distintas condiciones de temperatura, humedad y luminosidad.
Luego prestó atención también a sus procesos de degradación du-
rante las frituras repetidas, a la formación de productos tóxicos, a
los efectos en la digestibilidad alimentaria, etc. Lo inició recién lle-
gado a la Cátedra de Fisiología Animal de Granada y lo continuó
durante más de dos décadas, hasta después de su traslado a Madrid.
Para ello contó con colaboradores como Pujol, Morerias, Mateu,
Monteoliva, Ruiz Moso, Mataix, Casado, Sánchez Muniz y una larga
lista de colaboradores. Los resultados de sus investigaciones apare-
cieron con gran frecuencia y regularidad en revistas como Anales de
Bromatología, Proceedings of the British Nutrition Society, Revista
Española de Fisiología, Proceedings of the International Union of
Physiological Sciences, etc.

    Bajo la dirección del Profesor Varela la producción científica de
la Estación Experimental del Zaidín en nutrición básica y aplicada
(principalmente animal, pero también humana) alcanzó cifras que
inicialmente parecían imposibles. Sin embargo, nuestro académico,
dado que era un gran maestro, sabía contagiar a sus doctorandos,
becarios y colaboradores de su entusiasmo por la investigación, lo
que se manifestaba en los muchos experimentos en marcha, en los
resultados obtenidos y, en consecuencia, en la gran calidad de sus
artículos, ponencias y comunicaciones a congresos, mesas redondas

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