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F. MONTURIOL RODRÍGUEZ Y R. JIMÉNEZ BALLESTA  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

restos vegetales y en los que participa de manera muy singular la ac-
tividad microbiana, pero cuyo resultado final está también en función
de la naturaleza del material de partida del suelo. Pero además las
condiciones climáticas de la zona hace que en determinadas posicio-
nes topográficas se produzcan procesos de acumulación de arcilla en
el perfil del suelo, llamado proceso de argilización, e incluso en con-
diciones muy específicas se llegue a dar un proceso de emigración de
arcilla llamado argiluviación. Por último en muy especiales condicio-
nes de material y vegetación, y no en el propio término de Valdelateja,
sino en una zona muy próxima, hemos constatado y así lo hemos pu-
blicado, la presencia de un proceso muy interesante que se denomina
podsolización y que describiremos más adelante.

    Por lo tanto, los principales procesos que en esta región se dan en
la formación de los suelos son la descomposición física y química de
los materiales de partida, la disolución, lixiviación y lavado de sales y
carbonatos debido a la mayor pluviometría, la argilización o acumu-
lación de arcilla y su emigración, argiluviación, en determinadas con-
diciones y la humificación por el aumento de restos vegetales al exis-
tir una mayor vegetación y por último la podsolización. Y, finalmente,
el proceso de erosión, que aunque externo a la edafogénesis, destru-
yendo lo creado o en otros casos impidiendo un natural desarrollo,
hay que tenerlo muy en cuenta en un región de relieve tan móvil.

    Una vez expuestos los diversos factores y procesos que dan lugar
mediante las distintas edafogénesis a la variabilidad de suelos pre-
sentes en este término de Valdelateja, después de consultar el traba-
jo ya citado, que los edafólogos del Centro de Biología Aplicada de
Salamanca, CEBASA, publicaron en 1987 y el de Guerra, A. et al. (6)
y después de la prospección que personalmente nosotros hicimos en
la primavera de 2007, pasaremos a describir a continuación de la
manera más concisa y clara posible, siguiendo las normas publica-
das por la FAO en su Sistemática de 1990 (7) y en sus modificacio-
nes posteriores de 1993 y 1998 (8, 9). Estas modificaciones han dado
lugar a que en vez de los 28 Grandes Grupos de suelos que la FAO
contemplaba en 1990 se ha pasado a 30, variaciones que a ese nivel
no ha afectado a la clasificación de los suelos presentes en el térmi-
no de Valdelateja, como tampoco las que se han producido a nivel
de subgrupo. Como es lógico la diferenciación en esos 30 grandes
grupos se hace igual que anteriormente, combinando característi-

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