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VOL. 72 (2), 235-281, 2006  LA EVOLUCIÓN Y EL ASCENSO BIOQUÍMICO-MOLECULAR...

    El proceso fotosintético, atrapador de la energía solar y transfor-
mador de ésta en energía química concentrada en las moléculas
orgánicas, producidas a partir del material inorgánico (O2, H2, NH3,
CO2, etc.), se convirtió en el nexo e interdependencia fundamental
entre los reinos vegetal y animal a través del ciclo del CO2/O2.

    La evolución impuso, pues, dos dictaduras moleculares, la genéti-
ca (ADN) y la energética (fotosíntesis), que hasta ahora el hombre no
había podido modificar.

    Existe una clara unidad estructural y funcional entre los diferen-
tes seres vivos, en todo el abanico que va desde la bacteria hasta el
hombre, pues muchas reacciones son básicamente idénticas. El códi-
go genético es el mismo y la maquinaria de traducción de la informa-
ción del ADN en proteínas no difiere sustancialmente (este lenguaje
bioquímico común es el que ha permitido la manipulación e ingenie-
ría genéticas). A nivel molecular metabólico se utilizan las mismas
coenzimas; a nivel energético, el ATP es la molécula universal para las
transacciones bioenergéticas intracelulares de prácticamente todos
los seres vivos, como lo es la glucosa para las transacciones molecula-
res. La existencia de universales bioquímicos moleculares y funciona-
les constituye, pues, el fundamento unificador de todos los organis-
mos vivientes.

    La traducción de un mensaje (información) lineal, como el del
ADN (secuencia de bases), en uno espacial o tridimensional, como el
de las proteínas (secuencia de aminoácidos que determinan la confor-
mación espacial) es, sin duda, uno de los más relevantes aportes de la
evolución molecular. Él posibilitó que la información biológica (hor-
monas, neurotransmisores, antígenos, sustratos, moduladores alosté-
ricos, etc.), al ser reconocida por receptores específicos, se tradujera
en función o acción biológica. Los cambios conformacionales o alos-
téricos en la estructura tridimensional de las macromoléculas (princi-
palmente proteínas) se constituyeron en el proceso químico clave que
hizo posible la regulación intracelular e intercelular.

    El cambio conformacional une así el programa de información
genética con el funcional, representado fundamentalmente por quie-
nes ejecutan la acción (enzimas, receptores, proteínas transportado-
ras, etc.) y determina las estructuras celulares, es decir, las proteínas.

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