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JOSÉ ANTONIO CABEZAS FERNÁNDEZ DEL CAMPO  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

virus H1 adquiere la capacidad de unirse a receptores humanos man-
teniendo la glutamina 226 y la glicocola 228» (33). Es decir, el asunto
es más intrincado de lo que pudiera inicialmente esperarse, y faltan
por esclarecerse algunos aspectos relacionados.

    También en el mismo número de la revista Science, en que se ha
publicado el trabajo inmediato anterior aparece otro, con él vincu-
lado, de Stevens et al. (entre ellos Taubenberger y Palese) (34), re-
lativo a la «estructura de la hemaglutinina humana H1, no escindida,
del extinguido virus de la gripe de 1918». Después de ensamblar el gen
de la hemaglutinina a partir de fragmentos de ARN de muestras
tomadas de tejido pulmonar de 1918 conservadas en formol, llegan
a la conclusión de que ciertas características encontradas («sitio del
receptor similar al aviar, dos nuevos componentes con histidina, un
bucle de menor superficie expuesto al sitio de escisión [de la hema-
glutinina] que activa la fusión vírica) revelan aspectos estructurales
hallados en virus aviares que pueden haber contribuido a la extraor-
dinariamente elevada capacidad de infección y mortalidad observada
en 1918» (34).

    Holmes, en un trabajo titulado «1918 and All That» (35), que
comenta las dos inmediatamente antes indicados, confirma que «la
epidemia de 1918 no ha entregado todavía sus secretos. Un enigma que
continúa es si la pandemia se inició tan pronto como el virus saltó
desde las aves a los humanos, o si hubo un período prepandémico
durante el cual el virus se difundió en otras especies de mamíferos
(quizá el cerdo)».

    En octubre de 2004, la investigación publicada en Nature por
Kobasa [...y] Kawaoka (36) se refiere a sus resultados sobre la ob-
tención artificial de virus recombinantes de gripe conteniendo los
genes de la hemaglutinina y la neuraminidasa de la cepa de 1918,
los cuales mostraron elevada patogenicidad en ratones, por inducir
la producción excesiva de citoquinas que ocasionarían procesos infla-
matorios y hemorragias graves. Recuérdese que las citoquinas son
generalmente proteínas o glicoproteínas que actúan como señales
intercelulares, implicadas en la regulación y la proliferación celular.
En este caso, un descontrol de la producción normal de las mismas,
al ser ésta excesiva, resultaría no beneficioso sino altamente perju-
dicial para la célula hospedadora.

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