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G. GONZÁLEZ           ANAL. REAL ACAD. NAL. FARM.

vertedera, como consecuencia de los nulos resultados de los nulos resultados
de los iniciales ensayos realizados en tierras de secano.

        Además de las referidas aportaciones de la agricultura, Liebig dejó su
impronta en lo que hoy conocemos como Ecología. En su discurrir acerca de
las Leyes de la Naturaleza decía que “No hay, pues, fenómeno aislado; cada
uno está siempre íntimamente a otro u otros muchos que, a su vez se unen
entre sí, como los nudos de una red”, (Peñuelas, 1877), anticipándose al
axioma formulado por los ecologistas como 1ª Ley de la Ecología de que “en
la naturaleza no es posible hacer una cosa sola” (Commoner, 1971).

             EPÍLOGO

        Como resultado de sus brillantes investigaciones y enseñanzas,
apoyadas en contundentes argumentos y a veces sarcásticos comentarios, las
aportaciones de Liebig a la agronomía (cultivo de los vegetales y explotación
del ganado) pueden sintetizarse en los siguientes términos:

        Deshizo la teoría del humus, asentando, frente a ella, la teoría
mineral como base de la nutrición de las plantas. Con ello creó los
fundamentos de la industria de los fertilizantes químicos y de su utilización.

        Frente al empirismo que todavía informaba muchos de los escritos
sobre agricultura abrió el camino al dogmatismo, a la agronomía, con una
explícita formulación de las leyes de la restitución y del mínimo.

        Dio una explicación racional al aumento de fertilidad que provoca el
barbecho y la práctica de las rotaciones de cultivo.

        Determinó la composición de los principios inmediatos que
componen los alimentos dividiéndolos en hidratos de carbono, grasa y
proteína.

        Estableció el papel fundamental de la energía alimentaria en los
procesos vitales (respiración y calor animal).

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