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VOL. 69 (4), LIEBIG: UN HITO EN LA AGRONOMÍA DEL SIGLO XIX
una fuente inagotable de ácido carbónico en el aire, pero se ahorra tiempo en
las etapas iniciales del desarrollo vegetal si el ácido carbónico va siendo
generado en el suelo, pues entonces – afirmaba erróneamente– penetra en las
raíces de las plantas y proporciona una cantidad mucho más elevada de
sustancia nutritiva que aquella que están tomando las pequeñas hojas; por
esta razón un aporte de humus, el cual está produciendo continuamente ácido
carbónico, es ventajoso. Además, el ácido carbónico ataca y disuelve algunos
de los compuestos alcalinos del suelo, incrementando así el suministro de
alimento mineral. La verdadera función del humus es generar ácido
carbónico.
Con el tiempo desarrolló su tesis y le dio forma cuantitativa: “Las
cosechas en un terreno disminuyen o aumentan en proporción exacta a la
disminución o aumento de las sustancias minerales aportadas en el abono”.
Más adelante añade lo que después había de considerarse como Ley del
mínimo: “Por la deficiencia o ausencia de un constituyente necesario,
estando todos los demás presentes el suelo se convierte en estéril para todos
los cultivos en la vida de los cuales aquel especial constituyente es
indispensable”.
Los compuestos alcalinos del suelo no son todos igualmente solubles.
Sobre ellos actúan procesos de meteorización, facilitados por el encalado y
cultivo, llevando los relativamente insolubles a un estado más soluble. La
solución final es afectada por el ácido acético excretado por las raíces de las
plantas y el material disuelto penetra entonces en el vegetal.
La comprobación de la ganancia de nitrógeno en los prados abonados
con álcalis y fosfatos solamente, le llevó a considerar más y más la atmósfera
como la fuente de nitrógeno para las plantas, de modo que alguno de los
pasajes de la primera y segunda ediciones de sus tratados, urgiendo la
necesidad de abonos amoniacales fueron eliminados de ediciones posteriores.
“Si el suelo es adecuado, si contiene una cantidad suficiente de álcalis,
fosfatos y sulfatos, nada se encontrará en falta. Frente a este Boussingault
sostenía que bastaba la aplicación de alguna forma de nitrógeno al suelo para
mantener la fertilidad, dando lugar a una controversia que se mantuvo algún
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