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VOL. 69 (4), LIEBIG: UN HITO EN LA AGRONOMÍA DEL SIGLO XIX
no tienen más carbono que el que toman del gas carbónico del aire. Elabora
una teoría fundamental sobre el humus y las sales minerales, definiendo el
primero de una forma que se aproxima mucho a la actual y demuestra que los
elementos minerales pese a su exigua presencia en la planta, desempeñan un
papel esencial, la forma en que absorben, así como los factores de que
depende, anticipando el hecho comprobado modernamente utilizando
isótopos radiactivos de que las hojas pueden desempeñar un papel parecido al
de las raíces en la nutrición mineral. En fín, Saussure acaba con el vitalismo
y señala el ocaso del empirismo recurriendo a experimentos rigurosos y
explicaciones científicas físico-químicas para desentrañar los fenómenos
biológicos. Sentó así, las bases de los descubrimientos de Liebig, que dieron
paso al axiomatismo en la agricultura y de los trabajos iniciados en campo
abierto por Boussingault en 1834, modelo para todos los agrónomos
posteriores.
“El empirismo y el atraso de las ciencias físico-químicas – decía
Liebig– son responsables de que el empobrecimiento del suelo por la
agricultura no haya tenido ni una explicación satisfactoria ni un remedio
oportuno, pese a que su influencia sobre las naciones es tal que puede
expresarse con este aforismo: “La prosperidad de los pueblos depende de la
duración de la fertilidad del suelo” (Liebig, 1854).
4. LIEBIG, FUNDADOR DE LA MODERNA QUÍMICA
AGRARIA
Fueron tantos los originales logros de Liebig en el campo de la química
orgánica y de sus métodos de análisis, que, como destaca el profesor Segundo
Jiménez, con razón se le puede considerar uno de sus fundadores. Pero fue,
sobre todo, el propulsor de sus aplicaciones a la fisiología vegetal y animal, a
la agricultura y a la patología. Con sus primeros tres grandes tratados (Liebig
1840, 1840 b y 1842), y los escritores de divulgación en forma de cartas
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