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G. GONZÁLEZ ANAL. REAL ACAD. NAL. FARM.
Ya el segundo de aquellos (La química orgánica aplicada a la
fisiología vegetal y a la agricultura) causó un enorme impacto en el mundo
de la ciencia, se tradujo a varios idiomas y se tiraron tres ediciones... “Con
una exposición elegante y un fino sarcasmo – dice el tantas veces citado
Russell– se dedicó a desdeñar a los fitofisiólogos y agrónomos de su tiempo
por su continua adhesión, a pesar de las pruebas acumuladas, a la idea de que
las plantas derivaban su carbono del suelo y no del ácido carbónico del aire”.
“Todas las explicaciones de los químicos quedarán sin fruto e inútiles porque
todavía para las grandes cabezas de la fisiología, ácido carbónico, amoniaco,
ácidos y bases, son palabras sin significado, palabras sin sentido, términos de
un lenguaje que no despiertan pensamientos ni asociaciones. Los
experimentos citados por los fisiólogos en apoyo de sus ideas “carecen todos
de valor para decidir sobre cualquier cuestión”. “Estos experimentos los
consideran ellos como pruebas convincentes y, en realidad, únicamente
sirven para despertar piedad”. Y los sarcasmos de Liebig hicieron lo que no
habían podido conseguir la lógica de Saussure o de Boussingault: acabar
completamente con la teoría del humus y afirmar las bases de la “teoría
mineral”
Con la teoría mineral Liebig no admitía como sustancias
indispensables más que aquellas que aparecían en las cenizas de las plantas.
El nitrógeno era de importancia secundaria porque, en su opinión, existía casi
siempre una cantidad considerable en los suelos por lo que no había lugar a
su restitución.
La nueva teoría mineral – decía también Liebig– admite que el
alimento de todas las plantas, a excepción de los hongos, es de naturaleza
inorgánica, y que solamente en el organismo vegetal es donde la materia
mineral se convierte en una sustancia susceptible de actividad orgánica. Por
medio de elementos inorgánicos es como la planta produce todos los
principios inmediatos que constituyen su propia sustancia, y que de
principios simples nacen los muy complicados de la sangre, de la que todo el
organismo animal está formado”. “Los vegetales, argüía, asimismo, tienen
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