Page 203 - 69_04
P. 203
VOL. 69 (4), LA QUÍMICA AGRÍCOLA DE LIEBIG
su funcionalidad edáfica, merman su productividad agrícola y le convierten
en agente transmisor de contaminantes y de enfermedades. De aquí que, hoy
sea obligado mantener una intensa actividad investigadora con el objetivo de
buscar de sistemas para proteger y descontaminar suelos, ambos de
problemática difícil, y para potenciar su capacidad de autodepuración por vía
degradativa o por fitoacumulación. Un ejemplo reciente de estas
posibilidades se ha encontrado en el grave vertido de Aznarcollar, donde los
científicos ya han seleccionado más de cien especies de plantas con
capacidad para acumular metales.
4. LA ATMÓSFERA EN LA QUÍMICA AGRÍCOLA DE LIEBIG
El carácter integrador de la primitiva Química Agrícola aparece de
nuevo al tomar como referencia la atmósfera. Tampoco este aspecto escapó a
las observaciones de Liebig, que siempre consideró a “la Naturaleza como un
todo en el que los fenómenos están unidos entre sí, como los nudos de una
red”. Por ello, su búsqueda de los principios nutritivos de las plantas no se
limitó al suelo sino que acudió también a la atmósfera, advirtiendo que no
debía darse más importancia a unos que a otros. “Los de forma gaseosa son
absorbidos por las hojas y los principios fijos por las raíces”.
En el momento actual el 75% del nitrógeno anualmente requerido por
las plantas procede del aire, por fijación directa o indirecta, pero en todo
caso, sin necesidad de síntesis química. No se tardará mucho en conseguir
que lo sea en su totalidad.
Sin embargo, una de las mejores aportaciones de Liebig fue demostrar
que las plantas captaban el carbono del CO2 atmosférico. Se liberó así a la
Agricultura de creer que procedía de los ácidos húmicos. El CO2 se aporta a
la atmósfera por la combustión de materiales carbonados y la respiración de
los seres vivos, incluidos aquellos cuyos ecosistemas radican en el propio
suelo, y desde allí lo vuelven a tomar las plantas.
53