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J. J GESTAL OTERO ANAL. REAL ACAD. NAL. FARM.
velocidad de desintoxicación. En aguas templadas o cálidas, la filtración
del mejillón es más activa, y por tanto la ingestión de alimento nuevo y
eliminación de residuos antiguos se producirá con mucha mayor rapidez.
El disponer de abundante alimento no tóxico es requisito indispensable
para que el bivalvo pueda volver a una situación similar a la de antes del
episodio tóxico.
Con frecuencia los episodios tóxicos tienen lugar durante el
otoño, y puede llegar el invierno sin que la toxina haya desaparecido
totalmente del bivalvo. Las temperaturas del agua alcanzan sus valores
mínimos en invierno y las concentraciones de fitoplancton son entonces
muy bajas, debido a la combinación de una turbulencia excesiva y una
intensidad luminosa muy baja. En estas circunstancias puede ocurrir que
los mejillones mantengan valores bajos de toxicidad (posiblemente por
debajo del límite que prohibe su consumo) durante meses, o incluso que
esta toxicidad no llegue a desaparecer nunca por completo antes de
ocurrir el nuevo episodio tóxico al verano u otoño siguiente. Este
fenómeno se ha podido comprobar en mejillones escandinavos que
habían adquirido un elevado nivel de DSP durante el otoño, y no fueron
capaces de eliminarla antes de sufrir las gélidas temperaturas de las aguas
nórdicas durante el invierno y primavera siguientes.
Factores de susceptibilidad
Características personales: Las personas más susceptibles son
aquellas que residen en zonas costeras de países con sistemas de control
sanitario poco desarrollados, que carecen de red de vigilancia de
episodios de toxicidad en el mar; con bajo nivel de educación sanitaria, y
hábito de ingerir moluscos, y más si estos son recogidos directamente de
las rocas y no pasan control sanitario. No existen diferencias por edad y
sexo.
Distribución temporal: Los episodios tóxicos se presentan
generalmente en los meses de verano y otoño, aunque en ocasiones se
adelantan ya a finales del invierno comienzos de la primavera.
En Holanda los años 1981, 1986, 1987 y 1989 se produjeron
episodios durante los meses de septiembre-octubre, un año también en
diciembre. En las rías gallegas el D. acuminata está presente
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