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N. LÓPEZ MORATALLA ANAL. REAL ACAD. NAL. FARM.
hace insolventes médicamente por desproporción de los riesgos. No son,
por tanto, opciones paralelas; las células embrionarias no son, sin más,
una alternativa terapéutica a las células de adulto, o a la inversa.
Hay que investigar a fondo las células de adulto para conocer su
función y capacidades y transferir de manera progresiva esos
conocimientos para su uso terapéutico. El estudio de las células
embrionarias puede aportar, sin duda, conocimientos valiosos, pero no
son, en sí mismas, una posibilidad terapéutica. Y no lo serán, al menos,
que se pudieran obtener sin riesgo, de cada uno y en los primeros días de
vida, y guardarlas en prevención de su uso en caso de enfermedad.
Actualmente se puede contar con la conservación de la sangre del cordón
umbilical, rica en células troncales muy inmaduras y sin riesgos para "el
donante", incluso para él mismo en el futuro. El acaloramiento del debate
social actual oculta, con frecuencia, que, por ahora, se trata sólo de
investigar con las células madre embrionarias para conseguir
conocimientos que podrán permitir avances en la medicina. No son la
receta mágica para aplicarlas a un cerebro, o un páncreas, dañados, o a
una médula destrozada. No se puede permitir que se creen en los
enfermos falsas expectativas. Y ésta, en mi opinión, es una
responsabilidad ética seria de toda la comunidad científica.
2. Células troncales multipotentes y pluripotentes del organismo adul-
to.
En 1999 (3) se demostró que las células troncales no tienen que
proceder necesariamente de embriones; a lo largo del 2001 se mostró que
existen en los tejidos de organismos adultos y son capaces de diferenciar-
se y dar origen a células especializadas(4). Las células troncales de adulto
son responsables de mantener los tejidos en condiciones fisiológicas, y de
repararlos en caso de alteración o daño. Se conoce su presencia en tejidos
que derivan de las tres capas germinales: médula ósea, sangre periférica,
sangre del cordón umbilical, cerebro, médula espinal, grasa, pulpa denta-
ria, vasos sanguíneos, músculo esquelético, epitelio de la piel y tejido
conjuntivo, córnea, retina, hígado y los conductos del páncreas. Hasta
hace poco, se consideraba que estas células troncales eran específicas de
tejido ?es decir, capaces de generar sólo los tipos de células presentes en
el lugar en el que residen?, pero estudios recientes demuestran, que estas
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