Page 35 - 68_03
P. 35
VOL. 68 (3), LA BROMATOLOGÍA EN LA OBRA DE SERVET
En el discurso VI, con el que termina el Syruporum y al que Servet ti-
tula “Qué debe hacerse después de las purgas”, se refiere a las sustancias
que se administraban a los pacientes después de que hubiesen actuado los
purgantes. Conocidos como “lavativas o ablucientes”, consistían gene-
ralmente en una infusión ligera e insípida de cebada o de sus brotes, sin
valor nutritivo (o como él escribió, que “... no sea tomada por la naturale-
za como alimento”). De la lectura de este capítulo, con abundantes refe-
rencias a los clásicos griegos, parece deducirse que Servet se muestra po-
co entusiasta de los purgantes potentes cuyos efectos recomienda que no
se prolonguen mucho, de aquí el empleo de los abluentes una vez que ha
actuado el purgante, ya “... que esto obligaría al fármaco a descender rá-
pidamente y reprimiría su fuerza y sus extorsiones”.
6. Miguel Servet traductor de Dioscórides
Ya se ha dicho, al hablar de los maestros griegos, el gran prestigio y
fama que tuvo entre los médicos de la Edad Media y hasta bien entrado el
siglo XVIII la Materia médica de Dioscórides, libro del que se hicieron
múltiples ediciones, primero en el griego original y después en latín, ára-
be y lenguas vulgares. Precisamente la dificultad que para muchos lecto-
res interesados suponía el griego, obligó a su difusión al principio en latín
y más tarde en lenguas vulgares. La primera edición en español fue la del
médico segoviano Andrés Laguna.
Hasta que Francisco J. González Echeverría publicó en 1997 un pe-
queño y documentadísimo volumen en el que da cuenta del hallazgo en la
parroquia de Sesma (Navarra) de un Dioscórides con anotaciones y esco-
lios de Servet, se pensaba que las únicas traducciones debidas a escritores
castellanos eran las de Antonio de Nebrija, Amato Lusitano, Juan Jaraba y
el citado Andrés Laguna. Atendiéndonos a la obra de González Echeve-
rría, cuya lectura recomendamos encarecidamente, el que no aparezca el
nombre de Servet en esta versión del Dioscórides, posiblemente se debe
al hecho de que Francia cuanta ya en el año de su publicación (1546) con
el catálogo de Libros Prohibidos en el que se incluyen a Fuchs, citado por
Servet, a él mismo y a una serie de personas, con las que mantuvo fre-
33