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VOL. 66, (3) 2000  DÍA MUNDIAL DEL AGUA

Invierno           0,9                          1,8
Primavera          4,8                         11,6
Verano             0,6 (mínimo en julio)
Otoño              11,9 (máximo en noviembre)   1,3
                                               14,6

        Las diferencias estacionales representan más que la pervivencia de
los enterovirus los aportes de los mismos al río. Los enterovirus persisten
entre 2 y l68 días en aguas corriente, 2.130 en la del mar (25 a 125 días
en el suelo y mas de 90 en ostras)

        Los virus entéricos son muy susceptibles al calor a la desecación
y a los UV pero resisten al éter, al cloroformo, a la bilis, al bajo pH es
decir el jugo gástrico. Los virus son más resistentes a la autodepuración
natural y a los sistemas artificiales que las bacterias. Por ej. el virus de la
hepatitis A resiste el contacto con 23 ppm de cloro durante 30 minutos
(Neefe y cols. 1945). En 1947, Neefe y cois. observaron que el virus de la
hepatitis A se podía inactivar en el agua por la presencia de 0,4 p.p.m. de
cloro libre, a condición de que el agua hubiera sido sometida previamente
a métodos de depuración física poco eficaces para eliminar el virus pero
si para desembarazar al agua de sedimentos con virus y de materia orgá-
nica que protege a los virus del cloro..

         El papel del agua en la transmisión depende de la capacidad in-
fectiva del virus. Katz y Plotkin (1967) demostraron que la dosis mínima
infectiva de los enterovirus por vía oral para al hombre se corresponde
con la más pequeña cantidad de virus que puede ser detectada por cultivo
en !as células sensibles

        Pese a la gran dilución que sufre el agua residual en su vertido a
los ríos, es posible detectar virus más abajo de los puntos de vertido,
habiéndose aislado del 38,2 % de muestras del río Illinois (Lamb, 1964),
en el 24 % de las del Sena (Coin, 1964), en el 9,1 % de las del Meurthe
(Foliguet, 1966), en el 26,2 % de las del Ruhr (Primavesi, 1966), en el 46
% de las del Támesis (Poynter, 1968). Pero además se han aislado virus
de lugares muy alejados; Berg en el Missisipi, encontró en un litro entre
60 a 50.000 coliformes mientras que contenía 1 a 19 unidades víricas, sin
que hubiera relación entre las concentraciones de los virus y las de las
bacterias de modo que había más virus en las aguas que tenían menos
gérmenes. En Madrid, Cabo (1970) aísla enterovirus en el río Jarama a 44

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