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SEGUNDO JIMÉNEZ GÓMEZ       ANAL. REAL ACAD. FARM.

        Junto con la industria papelera, la química, el petróleo, la siderúr-
gica y las de obtención de metales, son de las más consumidoras. La side-
rúrgica, pese a haber disminuido mucho el consumo, aún emplea 14 m3
por tonelada de acero. También son buenas consumidoras las hilaturas de
algodón, que hasta hace poco necesitaba 5000 litros de por cada kg de
fibra y, después, su transformación en ropa, requería otros 165 litros más;
sin embargo, a lo largo de esta década se han disminuido los consumos
en un 80% y los vertidos de aguas residuales en un 92%.

        El consumo doméstico no tiene por qué ser demasiado elevado.
Aún siendo el agua imprescindible para la vida, lo que intrínsecamente
necesita el hombre es un litro diario por cada 30 kg de peso, es decir,
por término medio le bastan 2,5 litros/persona y día. La realidad es otra
pues hay otros motivos de consumo –higiene, limpieza, manipulación
doméstica de alimentos, etc- que le elevan a más de 90 l/día, equivalentes
a unos 30m3/ persona y año; pero tampoco esto es válido, pues en los
países con alto nivel renta, como USA, se llega hasta los 300 l/dia, equi-
valentes a casi 110 m3/año. Y la cifra que normalmente se maneja para
tener en cuenta las necesidades urbanas, derivadas de la vida en sociedad,
incluidas las pérdidas en los suministros, es la de 300 m3/persona y año.
La realidad es que de lo que una persona necesita a lo que por término
medio consume hay una gran diferencia, sobre la que será necesario eco-
nomizar.

5. BÚSQUEDA DE SOLUCIONES.

        Durante mucho tiempo la política seguida para satisfacer una de-
manda creciente ha sido incrementar las captaciones, recurriendo a pun-
tos aguas arriba de los cauces; con el correspondiente coste económico y
en sostenibilidad del recurso.

        La solución más inmediata fue recurrir a las aguas subterráneas.
Todo hace suponer que, en la mayoría de los casos, esto se hizo sin valo-
rar los índices de reposición, lo que constituía el mejor camino para ago-
tarlas. Arabia Saudí, China, India, México, y otros países, incluidos USA
y nuestra propia nación, se lanzaron a la extracción y consumo de agua de
forma, al menos, dudosamente correcta.

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