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VOL. 66, (3) 2000 DÍA MUNDIAL DEL AGUA
La gran novedad en los sistemas de riego ha sido el riego por go-
teo; técnica desarrollada por Israel en los años 60-70, que consiste en dis-
tribuir el agua en los campos de cultivo a través de tuberías terminadas
por un gotero que se coloca muy próximo a la raíz de la planta, lo que
permite aprovechar no menos del 90% del agua aportada, puesto que se
evitan las pérdidas por filtración y por evaporación. El diseño de los gote-
ros permite regular y homogeneizar el caudal en todos los puntos de apor-
te, modificando las pérdidas de carga según la distancia a que estén si-
tuados del punto de alimentación. Por otra parte, gracias al uso de siste-
mas automatizados mediante ordenadores, el suministro de agua se hace
en el momento y en la cantidad adecuada. Incluso es un buen sistema para
fertilizar por fertirrigación.
Hay una alternativa más económica basada en canalizar el agua a
través del cultivo mediante tubos porosos que riegan por exudación, o
bien se practican orificios puntuales en los tubos, a intervalos coinciden-
tes con los lugares donde se encuentra la planta, cual remedo de los gote-
ros. El control del agua aportada por este camino es menos eficiente que
con los goteros auténticos.
Otro medio decisivo para mejorar la economía del agua agrícola es
usar para el riego las aguas residuales urbanas. Es una práctica antigua,
abandonada por las exigencias sanitarias, pero que puede ser recuperada
si se adoptan las debidas precauciones para eliminar los patógenos persis-
tentes. Utilizadas en bruto para regar hortícolas consumibles en crudo,
son causa de enfermedades bien conocidas, como tifus, cólera, etc. Por
ello, no se puede prescindir de un mínimo tratamiento depurador, aunque
para algunos cultivos, como el maíz o el trigo, baste con mezclarlas con
agua de lluvia en una proporción de 20 a 50%.
La OMS autoriza su uso sin restricciones siempre que no se sobre-
pasen los 1000 coliformes fecales por mililitro. Los tratamientos prima-
rios convencionales de depuración del agua rebajan el contenido de coli-
formes desde 100 millones por mililitro hasta un millón, lo que es insufi-
ciente, pero en los estanques de estabilización, se alcanza el límite reco-
mendado por la OMS.
Como se sabe, se trata de unas balsas donde se retiene el agua re-
sidual entre 10 y 40 días, según su carga orgánica, experimentando una
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