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SEGUNDO JIMÉNEZ GÓMEZ ANAL. REAL ACAD. FARM.
doble depuración, aerobia en la superficie y anaerobia en la parte inferior.
Es un sistema de mantenimiento económico, aunque costoso en espacio,
pues se necesitan 30 hectáreas por cada 100.000 habitantes.
El riego con aguas residuales urbanas es un enfoque agrosanitario,
que abrevia el ciclo de uso y consumo del agua. Israel utiliza el 70% de
sus aguas residuales, parcialmente depuradas, para regar una 19.000 hec-
táreas, lo que ha permitido que la Agricultura ceda a las zonas urbanas el
38% de su cuota de agua. El beneficio es, pues, doble: mayor disponibi-
lidad de agua urbana y aprovechamiento de los nutrientes agrícolas conte-
nidos en las aguas residuales.
Y todavía he de citar otra vía para aumentar la eficiencia del riego,
más en vanguardia que las anteriores, que consiste en la modificación
genética de las especies para aumentar la proporción de fotosintato útil y
disminuir la proporción de residuo. Hasta no hace mucho la proporción
de semilla en los cereales no era superior al 20% de la planta; en la actua-
lidad el índice de cosecha, de fotosintato útil, es superior al 50% para el
trigo, arroz y maíz.
Y queda por comentar el ahorro en el ámbito urbano y doméstico.
Aquí las medidas de ahorro son más problemáticas, pues dependen en
buena parte de la concienciación ciudadana. Decía Benjamín Franklin
(“El último Oasis. Sandra Postel. Ediciones Apóstrofe. Barcelona 1993)
que “sabemos lo que el agua vale cuando el pozo se ha acabado”.
Las medidas de ahorro se concretan en homologación de equipos e
incentivos económicos, apoyadas en campañas de información pública.
La homologación de equipos domésticos de bajo consumo, como
cisternas, inodoros, duchas, lavadoras, lavavajillas, etc puede llegar a
disminuir hasta el 30% del consumo. Las cisternas son los elementos de
mayor consumo, no menos de 10-15 litros, y las que con mayor liberali-
dad se utilizan. En la actualidad se están homologando en México, las que
usen no más de 6 litros.
En 1992 el consumo doméstico en USA era de 300l/ persona y día,
pero un Decreto de aquel año obligó a bajarle, mediante la homologación
de equipos domésticos, a 190 litros, es decir un 35%. En el periodo com-
prendido entre 1987 y 1991, los dispositivos de ahorro y las campañas de
concienciación, lograron disminuir el consumo en Boston, un 20%. Es
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