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1. INTRODUCCIÓN                                                                                                          ANALES

         La Antártida es conocida como el continente más alto,                                                               RANF
más frío, más seco y más ventoso del mundo. Efectivamente, su
altura media supera los 2000 m, debido a que el continente en                                                                            www.analesranf.com
sí está cubierto por un caparazón de hielo de unos dos kilómetros
y medio de espesor. Además, en esta inmensa y elevada meseta         2. LA FLORA ANTÁRTICA; DIVERSIDAD Y PATRONES DE
helada se ha registrado el record de frío en la superficie de nues-  DISTRIBUCIÓN
tro planeta; -93 ºC. La precipitación media, naturalmente en
forma de nieve, es, en la mayor parte de la Antártida, similar a              A pesar de las restricciones geográficas y climáticas, la
la del desierto del Sahara. Por último, desde el interior del con-   vida vegetal (líquenes y musgos) en la Antártida se encuentra
tinente, furiosos vientos catabáticos se desploman hacia la costa,   hasta en los afloramientos rocosos más meridionales, a 87º S (5).
superando con frecuencia los 300 km/h. Estas condiciones extre-      Sin embargo, la mayoría de los vegetales antárticos se concentran
mas, que sugieren ambientes marcianos, parecen incompatibles         en zonas mucho menos extremas y relativamente templadas, fun-
con la vida y en gran medida, lo son. Afortunadamente, hay épo-      damentalmente en la región denominada Antártida marítima,
cas y lugares menos hostiles que ofrecen una oportunidad para        que comprende la costa noroccidental de la Península Antártica y
la supervivencia. Durante el verano antártico la temperatura en      las islas cercanas (Fig. 1). Aquí la temperatura media durante el
las zonas costeras se aproxima o incluso llega a superar el punto    verano llega a superar en dos o tres grados el punto de congela-
de congelación y existen numerosos lugares en la vertiente occi-     ción y llueve con relativa frecuencia. Los inviernos son fríos, na-
dental de la Península Antártica o en islas cercanas, expuestos a    turalmente, pero no tanto como en regiones árticas de similar
los relativamente templados y muy húmedos vientos procedentes        latitud. El paisaje es, sin embargo, típicamente antártico. La falta
del oeste, donde la precipitación llega a superar los 700 mm         de calor en verano impide casi por completo el desarrollo de plan-
anuales, lo que supone un ambiente hiperhúmedo para estas la-        tas vasculares y favorece la formación de enormes glaciares que
titudes (1).                                                         se extienden hasta la costa. En los reducidos espacios que quedan
                                                                     libres de hielo se concentran grandes colonias de focas y pingüi-
         Pero, independientemente del clima, la vida vegetal en      nos, las más diversas y abundantes comunidades vegetales de
la Antártida sólo es posible en el escaso 0,5 % del continente       toda la Antártida y unas 20 bases científicas de 12 países, entre
descubierto de hielo. Para una extensión de 14 millones de kiló-     ellas las dos españolas situadas en Isla Livingston (Juan Carlos I)
metros cuadrados, esto supone que la vida queda restringida a        e Isla Decepción (Gabriel de Castilla).
unos 70.000 km2, una extensión similar a Andalucía, aunque in-
tensamente fragmentada en un rosario de minúsculas localidades                A pesar de la relativa templanza de la Antártida marí-
costeras y nunataks que orla el continente. La zona más extensa      tima, sólo dos especies de plantas vasculares, Deschampsia an-
libre de hielos, pero también la más inhóspita, son los Valles       tarctica (Poaceae) y Collobanthus quitensis (Caryophyllaceae) han
Secos de la región de McMurdo, que alcanzan los 14.000 km2           logrado establecerse en este rincón antártico. Por el contrario,
(2).                                                                 hasta 350 de las aproximadamente 400 especies de líquenes an-
                                                                     tárticos conocidos viven en esta zona, junto a la mayor parte del
         Así pues, la vida vegetal antártica está condicionada       cerca del centenar de especies de musgos (6, 7) (Fig. 1). Suelo y
tanto por factores climáticos extremos, como por la acusada frag-    roca aparecen con frecuencia completamente recubiertos por estos
mentación de hábitat. Los avances recientes en biología molecu-      vegetales poiquilohídricos. El húmedo ambiente oceánico les per-
lar nos permiten explorar las relaciones filogeográficas entre       mite mantenerse hidratados y activos durante muchos días al año,
poblaciones aisladas y determinar su origen y sus migraciones a      lo que explica sus tasas de crecimiento relativamente elevadas a
través de los avatares climáticos y geológicos ocurridos desde       pesar de las bajas temperaturas (8). Cuando penetramos hacia el
tiempos remotos (3). Por otra parte, las técnicas de ecofisiología,  continente dos factores confluyen para dificultar de forma drástica
perfeccionadas en las últimas décadas, ofrecen la oportunidad        la capacidad de supervivencia de la vegetación: La sequedad y el
de conocer el funcionamiento vegetal de forma continua, auto-        frío extremo. Grupos enteros de líquenes, como todos aquellos
mática y en su ambiente natural, incluso bajo las condiciones        que forman simbiosis con cianobacterias, están por completo au-
más extremas (4).                                                    sentes en la Antártida continental. Aquí, las localidades más ricas
                                                                     no superan el centenar de especies entre líquenes y musgos, aun-
                                                                     que lo normal es que no lleguen ni a 50 (9, 10). La biomasa de
                                                                     estas comunidades es hasta 100 veces inferior a la de la Antártida
                                                                     marítima y además están muy localizadas; la mayor parte de los
                                                                     afloramientos rocosos del continente antártico aparecen práctica-
                                                                     mente desprovistos de cubierta vegetal.

270  Antarctic vegetation, a sentinel to climate change
     Leopoldo García Sancho
     An. Real Acad. Farm. Vol. 86. Nº4 (2020) · pp. 269 -279
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