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ANALES utilizaban. Gracias a ella, la asociación publicó, en 1954, un tratado
RANF sobre materiales cosméticos en el que se identificaban y estudiaban
unas 1000 sustancias diferentes (11). Todas ellas fueron ordenadas
www.analesranf.com alfabéticamente incluyendo nombres comerciales y sinónimos, por
lo que se convirtió en una obra de referencia fundamental para el
para limpiar, embellecer, aumentar el atractivo o modificar la apa- sector (12). El papel desempeñado por Mayham en el comité de es-
riencia”. La nueva norma estaba orientada hacia los consumidores tándares le permitió convertirse posteriormente en secretario y pre-
y pretendía favorecer las ventas de los diferentes productos asegu- sidente de la Toilet Goods Association que fue rebautizada, en 1971,
rando que cumplían los requisitos esperados por los usuarios. Por como The Cosmetic, Toiletry and Fragrance Association (CTFA). En
ello, además de exigir informes previos sobre su seguridad también los años siguientes la asociación continuó completando los trabajos
reguló el etiquetado y la información que tenían que ofrecer los anteriores y creó nuevas listas de ingredientes compiladas y moder-
productos tanto de la industria alimentaria y farmacéutica como de nizadas, en colaboración con la industria, desarrolladas por el co-
la cosmética (7). mité de nomenclatura de la CTFA dirigido por James M. Akerson,
quien fue nombrado presidente de la Society of Cosmetic Chemists
Estas novedades regulatorias impulsaron las investigacio- en 1993.
nes sobre productos cosméticos desde diferentes sectores. Desde el
ámbito médico, en 1937 se creó la Society for Investigative Derma- Finalmente, todas las iniciativas previas hicieron posible
tology, que a partir de 1938 comenzó a editar su propia revista ti- la publicación, en 1973, del CTFA Cosmetic Ingredient Dictionary
tulada Journal of Investigative Dermatology. El objetivo era la dirigido tanto a la industria, al gobierno y a la comunidad médica
promoción de esta especialidad médica en el contexto de la Segunda como a los consumidores. Esta obra implicó un paso fundamental
Guerra Mundial, donde existían diferentes frentes de batalla en los en la nomenclatura cosmética ya que recogía información sobre
que los soldados sufrían en su piel los efectos de climas muy diversos 1530 ingredientes utilizados en el sector dermocosmético (13). El
(8). El fin de la Segunda Guerra Mundial, la recuperación de la eco- encargado de realizar este diccionario fue el doctor en química Nor-
nomía y la aparición de otras formas de publicidad como la industria man F. Estrin, que trabajó toda su vida en la industria cosmética
cinematográfica o la televisión en color impulsaron con fuerza el donde llegó a ser vicepresidente de la Cosmetic, Toiletry, and Fra-
uso de productos cosméticos como maquillajes, cremas hidratantes grance Association, así como de la Science and Technology for the
o cremas solares en la sociedad estadounidense (9). Health Industry Manufacturers Association (14). Algunas reseñas
del libro publicadas en la época indicaron que proporcionaba inte-
Las principales industrias cosméticas estadounidenses se resante información, así como una gran lista de “ingredientes exó-
agrupaban en la Toilet Goods Association y estaban interesadas en ticos” y añadían irónicamente que, a pesar de ser más amena que
crear la “US Cosmeticopoeia” mencionada al inicio de este artículo. un listín de teléfonos, difícilmente podía ser manejada por otras
Para ello, en 1940, creó un grupo de trabajo sobre estándares cos- personas que no se dedicaran a la práctica o la enseñanza de la
méticos dirigido por el experto Stephen L. Mayham. Se trataba de dermatología (15). Según indicaba la reseña, el principal valor del
establecer un comité que asesorara a la industria cosmética sobre libro era la sistematización, en orden alfabético, de los nombres
la utilización de sustancias diferentes, tanto naturales como indus- adoptados por la CFTA para dar lugar a una nomenclatura uni-
triales, así como crear procedimientos para anunciar y etiquetar forme. Se valoraba que el diccionario facilitaría a los industriales
productos cosméticos que fueran aprobados por las agencias regu- el etiquetado y la publicidad de los cosméticos, los cuales eran poco
ladoras del gobierno como la Food and Drug Administration y la conocidos fuera del ámbito experto. Además, se reconocía que el
Federal Trade Commission. El comité creado tenía una orientación diccionario pretendía ser un “documento dinámico” que se actuali-
práctica y no académica, la cual respondía a los intereses de la in- zaba y completaba periódicamente.
dustria que necesitaba un libro propio que determinara los están-
dares sobre la gestión y la identificación de las materias primas El diccionario CTFA fue un éxito e incluso fue incorporado
usados en ese sector (10). por el gobierno de EEUU como una fuente de referencia en su re-
gulación sobre productos cosméticos y su etiquetado. De esta forma
La entrada de los EEUU en la guerra mundial en 1941 su- el diccionario cumplió uno de los objetivos perseguidos por el sector
puso la paralización de estos intentos iniciales. Los trabajos del cosmético desde 1940 y, progresivamente, traspasó las fronteras es-
equipo de Mayham se retomaron en la década de 1950 gracias a la tadounidenses para convertirse en un texto fundamental para los
obtención de una beca del laboratorio de fisiología aplicada de la organismos reguladores y la industria dermocosmética en diferentes
Yale University. Se centraron en el desarrollo de nuevas revisiones países. El diccionario, publicado en 1973, hizo posible la compilación
estandarizadas de ingredientes utilizados por la industria cosmética
que sirvieron de base para nuevos proyectos colaborativos apoyados
por la Toilet Goods Association. Uno de los trabajos realizados fue
una encuesta enviada a veinte industrias cosméticas estadouniden-
ses que aportaron información sobre las fórmulas, las propiedades,
los usos y los efectos tóxicos y dermatológicos de los productos que
Nombrar los cosméticos: los orígenes y consolidación 181
de la nomenclatura cosmética internacional
Marta Suay-Matallana, Ignacio Suay-Matallana
An Real Acad Farm Vol. 86. Nº 3 (2020) · pp. 179-187