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A.Toledano
&
al.
experimentales
donde
se
induce
una
patología
Alzheimer,
especialmente
en
ratones
transgénicos
con
patología
Alzheimer.
a)
Controles
seniles
“normales”.
En
todos
los
estudios
sobre
envejecimiento
patológico/EA
se
incluye
un
grupo
control
“normal”
de
referencia.
Este
grupo
control
se
“selecciona”
de
tal
manera
que
se
descarta
cualquier
síntoma
o
signo
de
posible
patología
por
lo
que
muchas
veces
no
representa
el
estado
morfofuncional
real
del
cerebro
senil
humano
sino
de
grupos
de
individuos
con
especial
resistencia
a
la
involución
senil.
Además,
el
mínimo
porcentaje
de
donaciones
de
cerebros
o
de
voluntarios
“sanos”
en
los
estudios
clínicos
hace
que
sea
bastante
difícil
llevar
a
cabo
estudios
con
suficiente
número
de
individuos
para
establecer
teóricas
fases
del
proceso
de
involución.
Sin
embargo,
en
los
pocos
casos
en
que
se
ha
podido
analizar
un
número
significativo
de
individuos
o
de
cerebros
seniles
“normales”
sin
demencia
se
ha
apreciado
un
gran
número
de
subconjuntos
con
muy
diferente
grado
de
alteraciones
morfofuncionales
que
podrían
ser
totalmente
calificadas
de
“anormales”
o
“patológicas”
según
determinados
criterios
(47,
48).
En
un
trabajo
de
recopilación
de
datos
sobre
pacientes
“control
normal”
del
Berkley
Aging
Cohort
(BAC)
y
del
Alzheimer´s
Disease
Neuroimagen
Iniciative
(ADNI)
(48),
entre
el
15
y
el
20%
de
los
casos
tenían
coeficientes
“anormales”
(EA)
en
parámetros
como
el
espesor
de
la
corteza
cerebral,
la
captación
de
fluoro--deoxiglucosa
(FDG--
PET)
y
el
volumen
del
hipocampo.
Por
el
contrario,
entre
un
10
y
un
25%
de
casos
EA
tenían
cifras
de
“cerebro
normal”
en
espesor
de
la
corteza
o
consumo
de
glucosa,
pero
nunca
presentaban
valores
normales
de
volumen
hipocámpico
(Figura
10).
También
estudios
nuestros
y
de
otros
autores
señalan
porcentajes
altos
de
“normalidad”
neuropatológica
en
enfermos
con
demencia
y
de
“anormalidad”
en
individuos
no
dementes
(Figura
10).
El
estudio
pormenorizado
de
estos
individuos
y/o
cerebros
post--mortem
podían
darnos
las
claves
de
cuáles
son
los
cambios
morfológicos
y
funcionales,
y
los
mecanismos
que
los
propician,
en
la
transición
del
posible
cerebro
senil
normal
al
patológico
(continuum).
Con
ellas,
podría
pensarse
en
desarrollar
estrategias
preventivas
contra
la
neurodegeneración
desde
la
senilidad
normal.
b)
“Centenarios”
humanos.
El
“envejecimiento
saludable”
se
aprecia
en
un
elevado
porcentaje
de
“centenarios”
(personas
de
más
de
90,
95
ó
100
años
según
diversos
estudios)
en
diversas
regiones
del
mundo.
Aunque
el
porcentaje
de
estas
personas
mayores
con
funciones
cerebrales
muy
conservados
no
es
el
mismo
en
todas
las
regiones,
en
todos
los
países
existen
bastantes
casos,
aunque
parecen
más
llamativas
las
cifras
de
regiones
con
menores
índices
de
supervivencia
(islas
del
Caribe,
Asia,
Europa
del
Este).
Algunos
estudios,
aunque
sobre
un
número
no
significativo
de
casos,
sobre
estos
individuos
viejos
(“old--old”
o
“very
old”)
y
sus
cerebros
han
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