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Cannabinoides…
número
I
y
IV
de
la
corteza
cerebral,
y
aún
menor
en
el
hipotálamo,
médula
espinal
y
tallo
cerebral
(20)
(Figura
7).
Además
de
a
nivel
central
estos
receptores
los
encontramos
también
en
regiones
periféricas
tales
como
próstata,
amígdalas,
ovarios,
útero
y
a
nivel
presináptico
en
terminaciones
nerviosas
simpáticas
(22,23).
Hay
que
destacar
que
esta
distribución
explica
muchos
de
los
efectos
producidos
por
los
cannabinoides.
Por
ejemplo
su
presencia
en
el
hipocampo
y
la
corteza
explican
las
alteraciones
cognitivas
que
producen,
o
la
elevada
densidad
que
encontramos
en
los
ganglios
basales
determina
las
alteraciones
del
movimiento
y
en
el
control
postural.
Hay
que
señalar,
además,
que
la
baja
densidad
de
estos
receptores
a
nivel
del
tallo
cerebral
(región
que
controla
la
función
respiratoria)
explica
la
ausencia
de
toxicidad
a
este
nivel
de
los
cannabinoides
(20).
Figura
6.--
Esquema
de
las
rutas
de
degradación
de
los
endocannabinoides
AEA
y
2--AG.
La
AEA
es
degradada
por
la
la
amido
hidrolasa
de
ácidos
grasos
(FAAH)
dando
lugar
etanolamida
y
ácido
araquidónico.
El
2--AG
es
degradado
por
la
monoacilglicerol
lipasa
(MAGL)
dando
lugar
a
glicerol
y
ácido
araquidónico.
Figura
7.--
Estructura
de
los
receptores
CB1
y
CB2.
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