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Noticias
científicas
denominan
mutaciones
“driver”.
Cada
mutación
driver
proporciona
solo
una
pequeña
ventaja
selectiva
para
el
crecimiento,
pero
al
cabo
de
los
años,
este
ligero
aumento
(una
o
dos
veces
por
semana)
resulta
en
una
gran
masa
de
miles
de
millones
de
células
al
cabo
de
varios
años.
El
número
de
mutaciones
en
ciertos
tumores
de
tejidos
que
se
renuevan,
está
directamente
relacionada
con
la
edad.
Esta
correlación,
implica
que
mas
de
la
mitad
de
las
mutaciones
somáticas
identificadas
en
estos
tumores,
tienen
lugar
durante
la
fase
pre--neoplásica,
es
decir,
durante
el
crecimiento
de
células
normales
que
continuamente
renuevan
el
epitelio
gastrointestinal
o
el
génito--urinario
y
otros
tejidos.
Todas
estas
mutaciones
pre--neoplásicas
son
mutaciones
secundarias
o
“passenger”
que
no
tienen
efecto
en
el
proceso
neoplásico.
Este
resultado
explica
porqué
un
tumor
coleo--rectal
en
una
persona
de
90
años,
tiene
casi
el
doble
de
mutaciones
que
en
una
de
45
años.
Este
hallazgo
también
explica,
al
menos
parcialmente,
porqué
tumores
cerebrales
avanzados
(glioblastomas)
y
cánceres
pancreáticos
presentan
muchas
menos
mutaciones
que
los
cánceres
coleo--rectales.
A
diferencia
de
las
células
epiteliales
que
tapizan
las
criptas
del
colon,
que
se
dividen
activamente,
las
células
de
la
glía
del
cerebro
y
las
de
los
ductos
del
páncreas
no
se
dividen,
y
por
tanto,
tienen
menos
mutaciones.
La
mutación
que
“abre
la
puerta”
(gatekeeping)
en
un
cáncer
pancreático
o
de
cerebro,
tiene
lugar
en
una
célula
precursora
que
contiene
pocas
mutaciones,
a
diferencia
de
la
célula
precursora
en
el
cáncer
coleo--rectal
que
contiene
muchas
mas
mutaciones.
Esta
línea
de
razonamiento
permite
también
explicar,
porqué
lo
cánceres
pediátricos
contienen
muchas
menos
mutaciones
que
los
tumores
en
adultos.
Los
cánceres
pediátricos,
tienen
lugar
con
frecuencia
en
tejidos
que
no
se
renuevan,
y
aquellos
que
aparecen
en
tejidos
que
sí
se
renuevan
como
las
leucemias,
se
originan
en
células
precursoras
que
no
se
han
renovado
(dividido)
tanto
como
en
adultos.
Estudios
de
secuenciación
en
pacientes
leucémicos,
apoyan
la
idea
de
que
las
mutaciones
tienen
lugar
como
sucesos
al
azar
en
células
precursoras
normales,
antes
de
que
dichas
células
adquieran
la
mutación
iniciadora.
Ahora
bien,
¿cuando
tienen
lugar
el
resto
de
las
mutaciones
durante
la
tumorogénesis?
Debido
a
que
las
mutaciones
en
tumores
se
producen
a
una
velocidad
predecible
y
calculable,
el
número
de
mutaciones
somáticas
proporciona
un
“reloj”
del
tipo
del
que
se
emplea
en
biología
evolutiva
para
determinar
el
tiempo
de
divergencia
entre
especies.
Así,
el
número
de
mutaciones
en
las
etapas
de
progresión
del
cáncer,
se
ha
podido
medir
en
el
caso
de
cánceres
coleo--rectales
y
pancreáticos.
Aplicando
el
modelo
evolutivo
del
reloj
citado
a
estos
datos,
se
extraen
dos
conclusiones
contundentes:
la
primera
es
que
se
tardan
décadas
hasta
desarrollar
un
cáncer
metastático
completo
y
segunda,
que
las
mutaciones
presentes
en
las
lesiones
metastáticas
estaban
presentes
ya,
en
una
gran
número
de
células
en
los
tumores
primarios.
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