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JUAN
RAMÓN
LACADENA
Avizores
del
sistema
inmunitario
Francisco
Sánchez
Madrid
INTRODUCCIÓN: RESPUESTA INMUNE INNATA
Los
linfocitos
poseen
componentes
moleculares
de
reconocimiento
de
antígenos
extraordinariamente
complejos
y
sofisticados:
el
receptor
de
antígeno
de
los
linfocitos
T
y
los
anticuerpos
de
los
linfocitos
B.
Este
mecanismo
hace
posible
que
nuestro
organismo
se
defienda
de
forma
específica
de
determinados
patógenos
con
los
que
ha
entrado
en
contacto
con
anterioridad.
Esto
es
lo
que
denominamos
la
inmunidad
adaptativa.
Otros
componentes,
de
menor
complejidad
y
diversidad,
pero
dotados
de
una
gran
eficiencia,
conforman
la
llamada
inmunidad
innata
o
natural.
La
inmunidad
innata
tiene
como
primer
objetivo
ser
la
línea
de
contención
inmediata
frente
a
una
infección,
controlando
y
eliminando
los
agentes
patógenos.
Su
segundo
objetivo
consiste
en
advertir
y
activar
a
la
respuesta
inmune
adaptativa.
Entre
las
propiedades
de
la
respuesta
inmune
innata
se
incluyen
la
actuación
inmediata,
que
no
requiere
una
sensibilización
previa,
y
su
amplia
especificidad
frente
a
sustancias
ajenas
al
organismo
que
se
lleva
a
cabo
gracias
al
reconocimiento
de
patrones
moleculares
microbianos
(PAMPs),
que
tienen
en
común
determinados
grupos
de
microorganismos.
De
esta
forma,
la
respuesta
innata
contiene
solo
un
número
limitado
de
receptores
para
PAMPs
(del
orden
de
103).
Este
aspecto
contrasta
con
la
respuesta
inmune
adaptativa,
que
reconoce
detalles
estructurales
de
componentes
tanto
microbianos
como
no
microbianos,
siendo
la
potencialidad
de
su
repertorio
de
reconocimiento
mucho
mayor
(del
orden
de
109).
El
grupo
del
Prof.
C.
Janeway,
postuló
que
las
estructuras
y
patrones
microbianos
que
pueden
ser
reconocidas
por
la
inmunidad
innata,
además
de
desempeñar
un
papel
crítico
en
la
inducción
de
la
respuesta
adaptativa
posterior,
deben
cumplir
las
siguientes
propiedades:
i)
estar
ausentes
en
el
organismo
huésped;
ii)
estar
conservadas
en
un
gran
número
de
microorganismos,
de
modo
que
puedan
ser
reconocidas
por
un
número
limitado
de
receptores;
y
iii)
ser
componentes
esenciales
de
los
microorganismos
para
así
evitar
su
posible
evasión
del
sistema
inmune
mediante
mutación
(1).
Ejemplos
de
estos
patrones
microbianos
son:
el
lipopolisacárido
de
la
membrana
exterior
de
las
bacterias
gram--negativas,
los
peptidoglicanos,
los
lipopéptidos,
las
secuencias
CpG
no
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