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J.
PUERTO
puede
considerarse
como
obra
de
consulta
para
eruditos.
Acompañó
a
la
edición
de
1951
de
un
gran
número
de
citas
y
abundante
bibliografía,
para
cubrir
las
únicas
deficiencias
que
pudieran
atribuirse
al
libro
paterno.
Lamentablemente
en
ediciones
posteriores
se
suprimió
el
aparato
bibliográfico
(9).
La
sencillez
del
texto
le
hizo
muy
útil
para
la
docencia
y
tremendamente
popular
a
nivel
internacional.
Se
hizo
cargo
de
lo
referente
a
España
en
el
texto
de
Kremers
y
Urdang
(10)
y,
al
final
de
su
vida,
trató
de
plasmar
todas
sus
hipótesis
de
investigación
en
un
gran
texto
en
el
que
intervinieron
también
José
María
Suñé,
José
Luis
Valverde,
la
mayoría
de
los
profesores
de
la
materia
de
España
y
yo
mismo
como
secretario
de
redacción
(11).
Lamentablemente
no
llegó
a
poder
corregir
las
pruebas
de
imprenta.
La
muerte
se
lo
impidió.
Se
ocupó
también
de
la
historia
del
medicamento
en
general
(12),
dirigió
un
trabajo
sobre
medicamentos
romanos
(13);
escribió
otro
sobre
los
empleados
por
los
árabes
(14);
se
interesó
en
las
drogas
americanas
(15),
en
la
influencia
de
la
botánica
en
la
materia
farmacéutica
durante
el
siglo
XVI
(16),
se
ocupó
de
la
terapéutica
farmacológica
durante
el
siglo
XVII
(17).
En
las
últimas
investigaciones
citadas
trató
de
aplicar
una
metodología
econométrica
implicada
en
la
historia
social,
que
impuso
también
en
muchas
de
las
tesinas
y
tesis
dirigidas
por
él
y
sus
colaboradores,
en
un
estupendo
intento
de
rejuvenecer
la
metodología
de
investigación
en
la
disciplina.
También
dirigió
una
Tesis
sobre
la
aparición
de
las
especialidades
farmacéuticas
(18).
Le
interesó
el
análisis
histórico
de
la
alimentación
(19),
se
ocupó
en
extenso
de
las
corporaciones
farmacéuticas
españolas
(20),
de
las
instituciones
farmacéuticas
y
de
enseñanza
de
la
Farmacia
(21).
Dirigió
innumerables
tesis,
se
implicó
muchísimo
en
las
mismas,
y
entre
sus
alumnos
nos
contamos
cuantos
ahora
nos
dedicamos
a
estos
menesteres
en
la
Universidad
Complutense.
La
tesis
de
José
de
la
Vega
Portilla
(22)
inauguró
una
vía
de
estudios
sobre
la
Real
Botica
que
luego
continuó
María
Esther
Alegre
(23),
también
dirigida
por
Guillermo
Folch
y
más
tarde
varios
discípulos
de
esta
última.
A
Sagrario
Muñoz
(24)
le
dirigió
su
tesis
sobre
la
influencia
de
la
Inquisición
en
la
ciencia
moderna,
tema
sobre
el
que
él
mismo
incidió
(25)
y
a
mí
sobre
alquimia
(26).
Angustias
Sánchez
Moscoso
redactó
su
Tesis
doctoral
sobre
José
Rodríguez
Carracido
bajo
su
dirección
(27)
y
luego
fue
Profesora
Titular
en
la
Facultad
de
Farmacia
de
Alcalá
de
Henares
y
antes
había
dirigido
a
la
Dra.
Pilar
Hinojo
(28),
quien
luego
fue
catedrático
en
la
misma
Facultad
de
Farmacia
de
Madrid.
Una
discípula
de
ella,
la
Dra.
Rosa
Basante,
también
llegó
a
Profesora
Titular
de
Historia
de
la
Farmacia
y
consideró
siempre
a
Guillermo
Folch
como
su
maestro.
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