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GUILLERMO
FOLCH…
Las
oraciones
fúnebres
de
la
Academia
francesa
o
las
sesiones
necrológicas
de
la
nuestra
no
suelen
ser
excesivamente
útiles,
para
el
historiador,
por
el
lógico
matiz
panegírico
de
las
mismas
y
la
ausencia
de
cualquier
estructura
metodológica
las
más
de
las
veces,
además
de
la
falta
de
su
inserción
en
el
ambiente
histórico
de
la
sociedad
y
la
ciencia
de
la
época.
Por
eso,
ahora
que
la
Academia
está
tan
bien
dotada
de
historiadores,
tanto
entre
sus
miembros
de
número
como
correspondientes,
me
parece
obligatorio
emprender
esta
tarea.
La
comienzo
con
una
biografía
de
mi
maestro,
con
lo
cual
incurro
en
varios
de
los
pecados
antes
denunciados:
la
última
parte
de
la
biografía
no
es
objetiva,
sino
afectiva,
aunque
la
obligación
del
historiador
–cree
uno--
no
es
tanto
la
objetividad
como
la
honradez;
al
declarar
mi
parcialidad
hacia
el
biografiado
cumplo
con
la
obligación
impuesta
por
la
segunda
de
las
principales
características
que
debe
cumplir
quien
a
este
oficio
se
dedique.
Seguramente
la
de
la
parcialidad
institucional
será
una
característica
de
cuantas
intentonas
biográficas
hagamos
los
académicos,
al
hablar
de
quienes
antes
lo
fueron,
aunque
siempre
trataremos
de
entibiarla
mediante
la
objetividad.
2.
GUILLERMO
FOLCH
JOU:
LOS
ORÍGENES
Nació
en
Madrid,
el
19
de
marzo
de
1917
y
murió
en
la
misma
ciudad
el
3
de
enero
de
1987.
Fue
hijo
del
catedrático
Rafael
Folch
Andreu.
Su
padre
pertenecía
a
una
familia
modesta
de
Montblanch
(Tarragona).
Estudió
la
segunda
enseñanza
en
el
Instituto
de
Tarragona
y
la
carrera
de
farmacia
en
la
universidad
de
Barcelona,
simultaneándola
con
su
trabajo
de
practicante
de
la
farmacia
de
la
Casa
Provincial
de
Caridad.
Tras
la
licenciatura,
con
sobresaliente
y
premio
extraordinario,
(1903)
alcanzó
el
grado
de
doctor
en
la
Universidad
Central
con
idénticas
calificaciones
(1904).
En
Barcelona
se
le
había
nombrado
Auxiliar
interino
de
la
Facultad
de
Farmacia
(1903).
Ejerció
la
profesión
al
frente
de
una
botica
en
Masnou
(Barcelona)
(1908--1911).
En
1911
regresó
a
Madrid
y
un
año
después
obtuvo
el
puesto
de
Auxiliar
numerario
de
la
Facultad
de
Farmacia.
En
1914
fue
designado
preparador
químico
de
la
Estación
Agronómica
del
Instituto
Agrícola
Alfonso
XII
y
al
año
siguiente
ganó
la
oposición
a
la
cátedra
de
Historia
de
la
Farmacia
y
Estudio
Comparativo
de
las
Farmacopeas
Vigentes,
correspondiente
al
periodo
del
doctorado.
Así
se
convirtió
en
el
primer
catedrático,
profesional
de
la
materia,
en
la
Facultad
de
Farmacia
madrileña
(1)
.
De
manera
evidente,
la
profesión
del
padre
influyó
en
el
hijo,
quien
también
fue
farmacéutico
y
catedrático
de
Historia
de
la
Farmacia.
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