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GUILLERMO
FOLCH…
fabricación
de
Arturo
Soria,
se
abrió
otro
en
Barcelona
(Vía
Layetana,
159)
(5).
La
empresa
tenía
un
censo
obrero
de
veintisiete
personas:
dieciocho
hombres
y
nueve
mujeres;
de
ellos
nueve
técnicos,
siete
administrativos
y
once
dedicados
a
los
procesos
productivos.
A
este
pequeño
laboratorio
dedicó
Guillermo
Folch
buena
parte
de
su
vida,
de
su
actividad
profesional,
y
mediante
el
mismo
labró
su
fortuna
económica.
Aparte
del
esfuerzo
personal
que
supondría
para
una
persona
sin
otra
familia
que
su
esposa,
hermanos
y
sobrinos,
cabe
destacar
la
propaganda
efectuada
para
las
especialidades
del
laboratorio,
en
donde
empleó
sus
conocimientos
históricos,
su
afición
a
la
cerámica
farmacéutica
y
su
interés
en
la
pintura.
A
partir
de
esa
actividad
empresarial,
formó
parte
de
la
Junta
Directiva
de
Farmaindustria,
la
patronal
del
sector.
En
1968
fue
elegido
Presidente
del
Consejo
General
de
Colegios
Farmacéuticos
de
España,
aunque
permaneció
muy
poco
tiempo
en
el
cargo,
sin
duda
imposibilitado
por
el
cúmulo
de
ocupaciones;
sin
embargo
fue
Presidente
de
su
Comisión
Asesora
Científica
desde
1970.
También
fue
vocal
de
la
Comisión
científica
del
Instituto
Nacional
de
Previsión
para
la
vigilancia
del
concierto
con
la
industria
farmacéutica,
con
lo
cual
siempre
anduvo
entre
la
administración
sanitaria,
la
vigilancia
de
las
buenas
prácticas
industriales,
la
enseñanza
y
el
empresariado.
6.
ACTIVIDADES
UNIVERSITARIAS
El
28
de
enero
de
1954
fue
nombrado
catedrático
de
Historia
de
la
Farmacia
de
la
Facultad
de
Farmacia
de
la
Universidad
Complutense,
tras
la
correspondiente
oposición
(6)
,
y
se
le
confirmó
como
director
del
Museo
de
la
Farmacia
Hispana,
cuyo
trabajo
venía
ejerciendo
desde
1951.
En
la
Facultad
de
Farmacia
fue
Secretario
de
actas
desde
1948
hasta
1952
y
Secretario
de
la
Facultad
desde
1951
hasta
1952
y
desde
1958
hasta
1961
(7).
Siempre
fue
el
director
del
entonces
Departamento
de
Historia
de
la
Farmacia.
7.
ACTIVIDADES
INTELECTUALES
En
el
ámbito
científico
se
dedicó,
con
entusiasmo,
acierto
y
profundidad,
a
continuar
con
la
obra
intelectual
de
su
padre
y
a
modernizarla
metodológicamente.
Como
él,
escribió
textos
generales
sobre
la
disciplina.
En
el
prólogo
a
la
primera
edición
de
su
libro
sobre
Historia
de
la
Farmacia
(8),
Rafael
Folch
indica
que
es
un
texto
de
divulgación
y
él
mismo
escribe
que
no
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