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M.
C.
AVENDAÑO
evaluable
y
más
flexible
que
la
actual",
“la
deseada
Agencia
de
Financiación
capaz
de
transformar
el
funcionamiento
del
sistema
y
hacerlo
más
transparente
y
objetivo,
es
un
instrumento
que
apenas
se
aborda
en
la
Ley". El
Investigador
del
CSIC
Juan
Lerma
ha
celebrado
la
separación
de
la
I+D
y
la
innovación
en
estrategias
diferentes,
aunque
paralelas,
porque
“la
ciencia
y
la
innovación
son
diferentes
y
tienen
necesidades
diferentes”.
4.
PLANTEAMIENTOS
DE
LA
“CARRERA
CIENTÍFICA”
Las
mayores
controversias
han
surgido
de
los
distintos
enfoques
que
existen
sobre
la
“carrera
científica”.
Según
los
promotores
de
esta
Ley,
la
carrera
científica
ha
quedado
perfectamente
definida
por
los
nuevos
contratos
predoctoral,
de
acceso,
y
de
investigador
distinguido.
Los
contratos
predoctorales,
con
una
duración
de
cuatro
años,
sustituirán
a
las
becas
y
permitirán
que
todos
los
investigadores
que
trabajan
para
realizar
su
tesis
doctoral
tengan
Seguridad
Social.
El
contrato
de
acceso,
dirigido
a
los
ya
doctores,
tiene
una
duración
máxima
de
cinco
años
con
varias
evaluaciones
y
al
transcurrir
este
plazo
o
antes
de
que
lo
haga,
estos
investigadores
podrán
competir
por
las
plazas
de
investigador
funcionario,
cuyo
número
determinará
el
Gobierno
en
función
de
los
fondos
disponibles.
Vemos
aquí
algunas
de
las
indeterminaciones
de
esta
Ley
que,
en
definitiva,
permitirán
un
sistema
funcionarial
muy
semejante
al
que
ya
existe
aunque
se
propicie
un
sistema
no
funcionarial.
Federico
Gutiérrez
Solana,
Presidente
de
la
Conferencia
de
Rectores
de
las
Universidades
(CRUE),
tras
lamentar
el
bajo
gasto
de
España
en
I+D
(1,38%
de
su
PIB
frente
al
2%
de
los
países
de
la
OCDE)
y
la
bajísima
inversión
del
sector
privado
español
en
I+D+I,
ha
valorado
positivamente
el
sistema
propuesto
para
la
carrera
científica
porque
propicia
mediante
estancias
formativas
y
excedencias
la
movilidad
de
los
investigadores
entre
centros
nacionales
y
extranjeros,
tanto
del
sector
público
como
del
privado.
También
lo
valora
por
la
flexibilidad
que
imprime
al
sistema
universitario,
ya
que
el
personal
puede
especializarse
en
la
investigación
o
en
la
docencia.
Desde
otras
posiciones
se
ha
acusado
a
este
documento
de
que
el
modelo
que
propone
continúa
basándose
en
un
sistema
de
recursos
humanos
que
impone
por
defecto
a
los
funcionarios,
aunque
deja
abierta
la
puerta
para
crear
centros
de
investigación
con
normas
distintas.
En
este
sentido
Guinovart
opina
que
"La
ley
ha
sido
muy
tímida
y
conservadora"…
y…"supone
un
pasito
adelante
cuando
se
podría
haber
dado
un
salto",
aunque
concluye
que
"vamos
a
vivir
un
experimento
y
el
tiempo
dirá
qué
centros
atraen
más
talento
y
producen
mejor
ciencia,
si
los
que
imponen
a
los
funcionarios
o
los
otros".
Más
que
discutir
el
tipo
de
contrato,
señala
que
éste
debería
estar
acompañado
de
un
paquete
más
importante
que
el
propio
contrato,
es
decir,
“que
vaya
acompañado
de
los
medios
económicos
y
físicos
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