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FRANCISCO DÍAZ-FIERROS VIQUEIRA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
como serían el conjunto de acciones físicas y mecánicas capaces de mo-
dificar el estado de los sistemas materiales. La segunda idea, ya antici-
pada en La nueva química, tiene que ver con la ley periódica de los
elementos que acababa de descubrir Mendeleiev. Esa organización que
mostraban los elementos químicos, a pesar de algunas excepciones, era
la manifestación de una especie de “familias naturales” que a su vez
eran prueba de una ley natural que las regulaba y ordenaba, y sobre
las que Carracido se expresa así: Hasta los elementos inmutables del
proceso químico se relacionan entre si por la variación rítmica de sus
masas y sus propiedades, lo cual induce a suponerlos engendrados por
un trabajo evolutivo. Los elementos químicos representarían la parte
inmutable de la materia —es decir “la herencia”— mientras que la
adaptación de las reacciones químicas a un medio que cambia, serían
los procesos que introducirían la variación. La estabilidad, definida por
las diferentes formas de equilibrio químico, sería el camino a seguir
por las transformaciones con más éxito evolutivo.
Carracido basaría su concepto de filogenia química en los descubri-
mientos que el análisis espectral acaba de aportar sobre la composición
química del universo. Estos datos, que mostraban la existencia de cuer-
pos estelares con muy diferentes edades y con una composición quími-
ca variable y relacionada con aquella, sugerían la idea de que los ma-
teriales más recientes estarían formados por elementos ligeros como el
hidrógeno, nitrógeno o helio, mientras que los más pesados se locali-
zarían entre los más viejos. Y así concluye: Si la evolución siderea, como
hoy se supone, se produce condensándose progresivamente la materia cós-
mica, desde la emergencia de la nebulosa que surge del éter indiferencia-
do hasta terminar en los astros sin atmósfera ¿no es lógico inferir la pro-
babilidad de condensaciones paralelas de las substancias antes
diferenciadas en el orden creciente de los pesos atómicos? En este con-
texto plantea la génesis de los elementos químicos, según la hipótesis
de W.Crookes —que ya la había considerado en La nueva química— a
partir de una substancia primordial, el “protilo”, que por sucesivas di-
ferenciaciones y condensaciones puede dar lugar a las variantes que
presentan los elementos químicos. No es ajeno Carracido al carácter hi-
potético de estas teorías, pero que de todas formas no prescinde de ellas
pues, en cierta manera, todas las teorías nacieron así.
Para enlazar estos procesos filogenéticos cósmicos con la ontoge-
nia química, utiliza como analogía la síntesis de los minerales en ya-
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