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VOL. 75 (1), 77-98, 2009  UN NOBEL ESPERADO: DESCUBRIMIENTO DE...

el equipo del Dr Robert Gallo del NIH el primer retrovirus humano
que infectaba células T (HTLV-I) así como también se conocía el virus
que producía una inmunodeficiencia severa en los gatos (FeLV), por
lo que parecía plausible que el agente causal de la inmunodeficiencia
observada fuera un retrovirus. Fue en 1982 cuando el grupo francés
en la Unidad de Oncología Viral del Instituto Pasteur, liderado por Luc
Montagnier junto con el grupo de Jean-Claude Chermann en el que se
encontraba la joven científica Francoise Barré-Sinoussi, que abordó la
aventura de identificar el agente causal con la hipótesis de poder ser
un retrovirus humano. La primera muestra biológica que el grupo re-
cibió fue en enero de 1982 consistente en una biopsia procedente de
un nódulo linfático de un individuo con linfoadenopatía severa. El tra-
bajo se repartió entre los miembros del equipo. La experiencia de
Montagnier en cultivos celulares e interferones fue crucial para poner
en cultivo células de nódulos linfáticos y poder seguir durante su cre-
cimiento la presencia de retrovirus midiendo la actividad transcripta-
sa reversa (RT). Aquí fue clave la experiencia de Francoise Barré-
Sinoussi que era experta en retrovirus, por lo que midiendo la actividad
RT en los sobrenadantes de las células en cultivo pudo demostrar que
efectivamente estaban infectadas con retrovirus. Como quiera que las
células terminaban muriéndose, decidieron añadir células mononucle-
ares de sangre periférica (PBLs) de individuos sanos y observar que la
actividad RT se mantenía durante más tiempo en los cultivos a la vez
que las células se morían. Al analizar estas células infectadas al mi-
croscopio electrónico observaron partículas virales saliendo de la mem-
brana plasmática celular.

    Recuerdo que estas imágenes que Luc Montagnier presentó en un
meeting en Cold Spring Harbor fueron recibidas con escepticismo por
considerar más una contaminación con retrovirus, aunque su morfolo-
gía era claramente diferente a la de otros retrovirus humanos conoci-
dos. Mediante microscopía de fluorescencia determinaron que el suero
de pacientes infectados contenía anticuerpos específicos frente a las cé-
lulas de dichos pacientes. Sin embargo el suero de pacientes infectados
con el retrovirus humano entonces conocido HTLV-I (presente en lin-
focitos T de pacientes con linfomas y leucemias) no era capaz de reac-
cionar con las células de los pacientes del grupo de Montagnier. La es-
pecificidad del suero de pacientes fue también demostrada en
experimentos de inmunoprecipitación de extractos celulares y de par-

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