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REAL ACADEMIA NACIONAL DE FARMACIA AN. R. ACAD. NAC. FARM.
of Health-System Pharmacists, la American Pharmaceutical Associa-
tion y el American College of Clinical Pharmacy, que ya han valo-
rado muy positivamente el proyecto y han destacado la oportunidad
de su publicación por el auge del español en las organizaciones
sanitarias de los Estados Unidos. Michael Cohen, Presidente del
Institute for Safe Medication Practice, se ha ofrecido para informar
a los lectores del Hospital Pharmacy sobre las características de la
obra y contribuir a su difusión en los Estados Unidos y Canadá.
La próxima celebración en Madrid del II Encuentro Iberoamericano
de Academias de Farmacia representa una excelente oportuni-
dad para difundir el diccionario en países que también hablan es-
pañol. Sorprendentemente ya se ha recibido el primer pedido del
diccionario: 50 ejemplares de Argentina, antes de que se haya ini-
ciado la distribución, que será a partir del próximo martes. Como
profesor de la Universidad de Salamanca, cuya vocación hispano-
americana es bien conocida, propondré al Excmo. Señor Rector que
este diccionario sea incorporado a los programas de intercambio
que nuestra Universidad mantiene con diversas universidades ame-
ricanas.
Permítanme, a continuación, destacar los hechos más relevantes
que se han producido hasta el día de hoy, en que nuestra Academia
tiene el honor de presentar este Diccionario Terminológico de las
Ciencias Farmacéuticas ante la sociedad española en general, y el
sector sanitario, en particular.
La primera idea sobre la posibilidad de preparar un Diccionario
de la Farmacia me la transmitió, como tantas otras cosas, mi maes-
tro, el que fue Director de esta Real Academia de Farmacia, Profesor
Rafael Cadórniga Carro, en 1995, ya que figuraba entre sus proyec-
tos preferentes para desarrollar en los próximos años. En aquel
momento aquella idea me pareció inabordable y pensaba que con la
explosión de las nuevas fuentes de información y el auge extraordi-
nario que tomaba Internet, el esfuerzo que supondría superaba
ampliamente, en mi opinión, la utilidad del diccionario.
Las cosas cambiaron radicalmente en el año 2000 cuando coin-
cidí en Alicante con el Profesor Enrique Alcaraz Varó, un destacado
lingüista al que no conocía personalmente, pero del que tenía algu-
nas referencias. El Profesor Alcaraz es Catedrático de Filología In-
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