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JESÚS IZCO SEVILLANO             AN. R. ACAD. NAC. FARM.

    En esa encendida discusión de entonces, hoy apagada por resuel-
ta, a favor de las clímax locales, se inserta la tesis del botánico que
recordamos en esta sesión. La publicación se inicia con una breve y
concisa definición de los conceptos de clímax, preclímax y postclí-
max. A partir de ahí, los autores se adentran en los conceptos rela-
cionados con la clímax y los desarrollan de manera práctica, con
ejemplos concretos referidos a la vegetación española.

    Como punto de partida identifican las clímax con las formacio-
nes ecológico-fisonómicas de Brockmann-Jerosch y Rübel y estable-
cen sus relaciones, basadas en las condiciones de humedad y de
temperatura, «...para matizar variantes dentro de las grandes forma-
ciones; y de esa manera comenzamos a separarnos del antiguo con-
cepto geobotánico de la uniformidad en el óptimo de las clímax, o
sea de la “teoría de la monoclímax”» (op. cit., 460). A partir de esa
premisa consideran la influencia de la humedad edáfica y de la
naturaleza del sustrato para identificar y definir las preclímax y
postclímax de la vegetación española, «...advirtiendo desde ahora
que el antiguo concepto rígido de la clímax ha sido sustituido por el
más moderno de la teoría de la policlímax» (op. cit., 476). Todo
sobre la base que en un territorio las condiciones de xericidad deter-
minan preclímax y los medios más húmedos llevan a tipos de vege-
tación que se deben interpretar como postclímax (Figura 1).

                      FIGURA 1.

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