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ELISA FERNÁNDEZ MILLÁN Y COLS. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
esto sean los bajos niveles séricos de IGF-1 observados. De hecho,
existen antecedentes de una reducción de los niveles circulantes de
IGF-1 en situaciones de restricción nutricional (25, 30, 31). Por el
contrario, y en línea con estudios previos (25, 31), no hemos detec-
tado variación alguna en los niveles séricos y hepáticos de IGF-2
como consecuencia de la malnutrición global. Estos datos parecen
indicar, como ya se había descrito anteriormente (15), que el IGF-1
es más sensible que el IGF-2 a cambios de la dieta materna, indepen-
dientemente de la causa o naturaleza del déficit nutricional.
Se sabe que durante la vida fetal y principios de la postnatal, las
acciones del IGF-1 son fundamentalmente locales, de modo que los
IGFs producidos por el páncreas actuarían de forma autocrina/para-
crina y estarían implicados en la regulación del crecimiento y dife-
renciación de los islotes (14). En este sentido, parece lógico pensar
que el incremento encontrado en los niveles pancreáticos del mRNA
de IGF-1 en fetos procedentes de madres subnutridas podría estar
desempeñando un importante papel en el aumento de su masa de
células ß. De acuerdo con nuestras observaciones, en otro modelo de
malnutrición (32) se ha descrito una elevada expresión génica de
IGF-1 en cerebro de ratón, lo cual ha sido relacionado con un efecto
protector de este órgano frente a la carencia de nutrientes. En este
sentido, la expresión local de IGF-1, protegería el páncreas endocri-
no de los fetos del impacto de la subnutrición materna, en un perio-
do crítico para el desarrollo del páncreas. Además, dado que la in-
sulina es un importante regulador del crecimiento, de la función y
de la supervivencia de las células ß (14), la hiperinsulinemia que
presentan los fetos subnutridos podría estar también contribuyendo
a elevar la masa de células ß, es decir, el IGF-1 y la insulina podrían
estar actuando cooperativamente.
Por otro lado, la producción pancreática de IGF-2 aparece signi-
ficativamente reducida en los fetos subnutridos. Esto está en concor-
dancia con las observaciones descritas en fetos procedentes de ma-
dres sometidas a restricción proteica (33). Sin embargo, en estos
estudios, la baja expresión pancreática de IGF-2 se correlaciona con
una masa de células ß reducida, mientras que en el presente trabajo
no se observa este patrón. Parece ser que bajo nuestras condiciones
de estudio, la influencia de la malnutrición materna sobre el sistema
de IGFs es específica de tejido.
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