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JESÚS ÁVILA DE GRADO  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

neuroblasto, para dar lugar a la neurona madura, con una morfolo-
gía tal que le pueda permitir interaccionar con otras neuronas para
formar las redes neuronales que son la base del funcionamiento del
sistema nervioso. Cajal (2, 3) describió cómo de la forma esférica del
neuroblasto iban surgiendo diferentes proyecciones que iban a dar
lugar al axón (que él llamó cilindro-eje), la más larga y fina de estas
proyecciones; y las dendritas, que son el resto de dichas proyeccio-
nes (Fig. 1). En la actualidad conocemos que los elementos mayori-
tarios del armazón (citoesqueleto) neuronal son los microtúbulos,
fibras que polimerizan y despolimerizan de un modo muy dinámico.

   FIGURA 1. A partir del neuroblasto, una célula esférica, se van extendiendo
  proyecciones que forman el axón (la de mayor longitud) y las dendritas de una

                                               neurona madura.

    Si la probabilidad de polimerización-despolimerización de estas
estructuras es similar en cualquier dirección, la forma de la célula
será esférica, como es la del neuroblasto. Pero, si debido a algún tipo
de señal se produce una estabilización de dichas estructuras (los mi-
crotúbulos) en una dirección específica, en esa dirección los micro-
túbulos seguirán polimerizando, pero no despolimerizando, y, como
consecuencia, se producirá una extensión del citoplasma en esa di-
rección, que dará lugar a las proyecciones descritas por Cajal. Es
pues importante saber cuáles son los elementos que estabilizan a los
microtúbulos, y ya se conocen muchos de ellos, entre los que desta-

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