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M.a CARMEN AVENDAÑO LÓPEZ AN. R. ACAD. NAC. FARM.
trasta con el actual, en el que se aprecia “una demoledora pasión
igualitaria que rechaza la excelencia, ignora el mérito del esfuerzo,
desprecia el sufrimiento de la constancia, y niega los frutos del ta-
lento” 6.
Cuando se inauguró en 1932 el Instituto de Física y Química,
cuya construcción y equipamiento sufragó la Fundación Rockefeller,
encontramos junto a las firmas de relevantes científicos extranjeros,
la de Antonio Madinaveitia, que tras su Tesis Doctoral había conti-
nuado su formación con Willsttäter en Zurich trabajando sobre las
reacciones de hidrogenación catalítica. Madinaveitia era en esos
momentos Director de la Sección de Química Orgánica de dicho
Instituto, al tiempo que ocupaba la Cátedra de Química Orgánica de
la Facultad Farmacia de la Universidad Central. En este último car-
go se mantuvo hasta 1939 en que se exilió a Méjico, siendo allí
impulsor y Director del Instituto de Química de la UNAM, que fue
inaugurado en 1941 7.
El Profesor D. Obdulio Fernández, que ocupó la Cátedra de
Química Orgánica de Granada con 25 años y seis años después la
de Análisis de Medicamentos Orgánicos en la Facultad de Farmacia
en Madrid, fue compañero de Madinaveitia y, como él, alumno de
Rodríguez Carracido. Fue un científico riguroso y un gran maestro,
colaborando en algunos textos de Química Orgánica con el Profesor
Giral Pereira.
Leyendo sus Memorias 8 podríamos repasar gran parte del am-
biente científico de los años decisivos para la formación de D. Gre-
gorio. En D. Obdulio se da uno de los rasgos diferenciadores que
podemos encontrar en los profesores de química de este periodo de
tiempo, como es la gran divergencia en los temas de investigación
que se acometían, de tal forma que cuando en 1968 la Real Acade-
6 Parte del artículo de opinión de MARTÍN FERRAND, M.: “¿Cómo en los años treinta?”,
del diario ABC, viernes 21 de enero de 2005.
7 El Profesor D. MANUEL LORA-TAMAYO en su libro La investigación química en Espa-
ña, editado por Alhambra en 1981, incluye a Madinaveitia entre los químicos españoles
dedicados a los productos naturales y a la “síntesis de medicamentos”, señalando que
sus estudios sobre la plumbagina se citan en la bibliografía internacional.
8 De la lectura de “Recuerdos de una vida”, primer capítulo de estas memorias que
se publicó en Farmacia Nueva, Madrid, 1973, se deduce el ostracismo al que se vio
condenado en sus últimos años.
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