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VOL. 71 (2), 387-427, 2005 LA TOXINA BOTULÍNICA COMO MEDICAMENTO
Para Gill y cols. (1982) y otros laboratorios basándose en la inocu-
lación a varias especies, la DL50, para el hombre sería la de 1 ng/kg,
y la letal 3 ng/kg (McNally y cols., 1994). Tomando como dosis letal
para el hombre la de 0,065 mg por kg de peso 4,5 µg de toxina
botulínica mataría a un hombre y con 80-100 kg distribuidos equi-
tativamente se podría matar a la humanidad. La LCt50 de la A es
22,5 µg •min/m3 para el ratón y para el rhesus mientras que la de la
enterotoxina B estafilocócica es 80-100 mg• min/m3 para el ratón.
Por haberle caído una gota de toxina en la piel murió un Jefe de
Servicio del Instituto Pasteur.
La toxina botulínica, como péptido, es relativamente termolábil
ya que 80º C durante 30 minutos, o 100ºC durante 10 minutos, se-
para sus cadenas H y L, con perdida total de su toxicidad; una
cocción prolongada evita la intoxicación. Resiste parcialmente hasta
un pH de 2,5 y por ello a los jugos gástricos, y se descompone en un
pH alcalino. La toxina se conserva muy bien a 0ºC y a temperaturas
inferiores, o bien liofilizada. La toxina se descompone en el aire, por
la luz y por agentes químicos especialmente por los oxidantes, per-
manganato o yodo. La toxina tratada por el método de Ramón se
convierte en la anatoxina o toxoide botulínico, mientras que si se
somete a radiaciones (Levaditi) pasa a una supertoxina que llamó
hipertoxina.
La toxina se obtiene cultivando el C botulinum en un medio
nutritivo líquido durante unos días hasta el agotamiento de los nu-
trientes, que determina la muerte de las bacterias; se separan estas
por centrifugación quedando las diversas presentaciones de la toxina
en el sobrenadante.
Una mínima cantidad de neurotoxina que tiene 5-7S se segrega
aislada pero la mayoría lo hace rodeada por una hemaglutinina, ab-
sorbible por hematíes sin que el conjunto pierda toxicidad, y por una
proteína atóxica no hemaglutinante que rodea y protege a la neuro-
toxina de la degradación por los ácidos y por las proteasas, formando
complejos y agregados extracelulares, lábiles en el ambiente y al calor
con diferencias según las cepas, cuyo tipo depende del bacilo, de las
condiciones de su cultivo y del solvente empleado (Sugii y cols., 1977).
Los complejos M (inicial de “mean”) son los menores, de 10-12 S; es-
tán constituidos por la unión de la neurotoxina con una molécula
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