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JOSÉ ANTONIO CABEZAS FERNÁNDEZ DEL CAMPO  AN. R. ACAD. NAC. FARM.

gadas teorías astrológicas vigentes en aquellos años, e incluso en
épocas muy posteriores).

    Ya en 1742, Sauvage habló de la «grippe». Los términos «gripper»
(francés), «to grip» (inglés) o «greifen» (alemán) significan «agarrar,
atrapar». Quizá la forma brusca de presentarse en muchas ocasiones
esta enfermedad haya justificado tal nombre, que en español se escri-
bía «grippe» hasta el año 1925 como mínimo, y luego con una sola pe.

    Por otro lado, aunque actualmente las palabras influenza y gripe
son sinónimas, en manuales de Patología Médica del año 1947 aún
se reservaba el nombre de influenza sólo para la forma de tipo pan-
démico (3). Otras denominaciones, de carácter vulgar, como «tran-
cazo» y, anteriormente, «el soldado de Nápoles» (por la coincidencia
de su aparición en el tiempo con la divulgación de este número
musical de una zarzuela) también han sido de uso corriente.

    Descripciones de epidemias/pandemias que muy probablemente
fueron de gripe, a juzgar por las síntomas con que aparecen descri-
tas (generalmente con mayor claridad y detalle a medida que son
menos lejanas), son las indicadas, remotamente por Hipócrates, y
desde el Renacimiento en los años: 1510, 1580, 1675, 1693, 1729-
1733, 1742-1743, 1762, 1768, 1789-1790, 1799-1800, 1803, 1830,
1836-1837 y 1889-1890 (1).

    De dichas descripciones, se deduce que, en general, tales epide-
mias/pandemias tienen en común el haber sido originarias de países
lejanos de Oriente (China), pasando por Rusia, etc., antes de llegar a
Europa Occidental.

    En lo referente a las de los años 1889-1890 y 1918-1919 en Ma-
drid y Salamanca, se dispone de una monografía vinculada a esta
Real Academia Nacional de Farmacia (2). En lo relativo a las de los
años 1957 y 1968, datos tanto epidemiológicos como acerca de la
composición de los virus causantes de ellas se hallan en una publi-
cación fácilmente accesible (4), además de en obras de la especiali-
dad. Y en lo concerniente a los brotes epidémicos recientes de origen
aviario, algunas monografías actuales recogen sus aspectos esencia-
les (1, 5, 6).

    Es curioso observar que, a diferencia del «aprovechamiento li-
terario» de temas vinculados a epidemias como las de peste («Il

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