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M. T. SAN MIGUEL Y COLS. AN. R. ACAD. NAC. FARM.
definitiva, se comprobaba que existen nutrientes que pueden dismi-
nuir la absorción de medicamentos debido a fenómenos fisicoquími-
cos que tienen lugar en el tracto gastrointestinal (Esparza y Martí-
nez, 1994).
La primera interacción entre un medicamento y un nutriente con
consecuencias graves fue la deficiencia de vitamina B6 inducida por
isoniazida, debida a una interacción producida en el ámbito de la
metabolización, que se observó a principios de los años cincuenta.
Sin embargo, la interacción descrita en los años sesenta entre medi-
camentos inhibidores de la monoamino-oxidasa y aminas tales como
tiramina, que se encuentra en diversos alimentos y bebidas someti-
dos a procesos de fermentación y que produce consecuencias de
crisis hipertensivas graves e incluso muerte, contribuyó decisiva-
mente a llamar la atención sobre las interacciones entre alimentos y
medicamentos por su gravedad (Cardona, 1999).
De modo parecido, el inicio de un nuevo tratamiento farmacoló-
gico en ocasiones ha dado lugar a efectos adversos de tipo nutricio-
nal clínicamente significativos. En 1970, Faloon precisó que deter-
minados fármacos pueden ocasionar malabsorción de nutrientes, no
solo mediante interacciones fisicoquímicas en el tracto gastrointes-
tinal, sino también por producir lesiones en la mucosa, cambios en
la disponibilidad de sales biliares o dificultades en la función del
páncreas exocrino (Mariné y col., 1993).
Hasta comienzos de la década de los noventa, las interacciones
entre los medicamentos y alimentos eran consideradas, en general,
anecdóticas y, con frecuencia, de escaso interés clínico. Esta situa-
ción ha propiciado que las mismas hayan permanecido escondidas
al conocimiento científico y, en particular, a los profesionales de la
salud y a los pacientes (Jiménez y col., 1999).
El número de estudios publicados sobre interacciones entre
medicamentos y alimentos ha aumentado enormemente a lo largo
de los años noventa y muchas de estas investigaciones han obtenido
resultados graves e impredecibles (Welling, 1996). El descubrimien-
to reciente de que el zumo de pomelo puede aumentar en un grado
elevado la biodisponibilidad oral de determinados medicamentos, se
produjo por una observación inesperada durante un estudio en el
que se investigaba la interacción entre felodipino y etanol, en el cual
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