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VOL. 66, (1) 2000 NECROLOGÍA
Mas Ángel Vian era, sobre todo, un gran universitario, profundo
conocedor de la Universidad, plenamente consciente de su decisivo papel en
la Sociedad, imbuido de los problemas que agobiaban a la Complutense de
Madrid. Por todo ello se le distinguió en España y fuera de ella con cargos
universitarios de relevancia. Representó a la Universidad Española en la
Reunión de ACHEMA, celebrada en Frankfurt en 1950. Fue Asesor de
Investigación de la Fundación Universidad-Empresa; Vocal Nato del
Consejo de Estado en representación de las universidades y del Consejo
Nacional de Educación. Se le eligió, a título personal, Miembro del Consejo
Permanente de la Conferencia de Rectores de Europa (C.E.E.) y Vocal del
Consejo Directivo de la Asociación Internacional de Universidades (A.I.U.),
y Presidente del Comité de Dirección de la Fundación Universidad-
Empresa, Fue, en fin, Miembro del Comité Científico de la Comisión
Asesora de Investigación Científica y Técnica por designación del Consejo
de Rectores, y Presidente de la Universidad Europea C.E.E.S.
Por su conocimiento de los problemas universitarios, por su valía y
entrega se le eligió, en 1976, Rector de la U.C.M. Y, a fe mía, que no
defraudó. Desde su nombramiento, puso en el cargo toda la pasión, todo el
esfuerzo de que era capaz. Ya en los discursos de toma de posesión y de
apertura del curso 1976-77, empezó exigiendo “independencia rectoral,
respeto del Ministerio para desarrollar sus ideas”; e insistió en “la
pretensión de autonomía y en la necesidad de esforzarse en la búsqueda y
reconquista de las calidades perdidas: calidad docente y discente, calidad
del trabajo administrador; y aún para conquistar las que nunca tuvimos,
quizás porque la Sociedad de otros tiempos no las necesitara....” añadiendo,
“la obligación y el gusto por traer a la Universidad la investigación
científica literaria y humanística”.
La entrega y el amor que empeñó en su tarea, los fue seguidamente
destilando en memorables discursos y conferencias , con motivo de
aperturas de curso, festividad de Santo Tomás, homenajes a personalidades
vinculadas a la Universidad, así como en las entrevistas a los medios de
comunicación, que prodigó hasta 1981, en que finalizó su mandato (9).
A veces -pocas- le embargaba la desesperanza. La manifestó, por
ejemplo, cuando al final del Discurso de apertura del Año Académico
1977-78, ante la posibilidad de que sus propuestas para ”sacar a esta
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