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F. LÓPEZ, G. GONZÁLEZ; S. JIMÉNEZ  ANAL. REAL ACAD. FARM.

universitarias en la vida de los pueblos no podemos salir de nuestro
asombro. ¿Cómo es posible que no se reconozca, hasta con regodeo
parlamentario, que las universidades son el hogar natural de las creaciones
ideológicas y científicas encargadas -las ideas- de iluminar el camino de los
pueblos, y de hacer -las ciencias- más benéfico el caminar, por el
correspondiente dominio de las técnicas y un óptimo aprovechamiento?”.

Vian, Rector entrañable:

        Ángel Vian era fiel y leal con sus amigos y colaboradores.
Recuerdo a este respecto una anécdota que da cuenta de su lealtad y
generosidad. Como responsables de la clausura del Colegio Mayor José
Antonio -albergue que había sido de algunos prohombre de la política del
momento y hoy sede del Rectorado-, fuimos amenazados y denunciados,
según me hizo saber un amigo de la juventud, Nicolás Revenga, entonces
embajador en Bangkog, donde a la sazón me encontraba. Me puso de
inmediato en contacto con Ángel y su respuesta fue tajante: “No te
preocupes, sigue tu programa de visitas y vuelve en la fecha prevista. Esto
lo arreglo yo”. ¡Y vaya si lo arregló!

        Vivía apasionadamente sus convicciones y era -como sabemos muy
bien los que le tratamos más de cerca-, particularmente impulsivo y exigente
en el cumplimiento del deber, hasta el punto que había dado lugar a que se
forjase a su alrededor una idea equivocada de su personalidad. Me contaba
su secretaria Urbanita -como familiar y cariñosamente se la llama- que a
poco de tomar posesión del cargo le preguntaban maliciosamente: “¿Qué tal
te va con el nuevo Rector?“; y “Ya verás ya..., ¡con el genio que tiene...!”.
Pues bien, nunca recuerda haber sido reprendida o soportado malas
palabras. Sus malos humores -consecuencia de las ingratitudes de su cargo-
se le pasaban inmediatamente, y mostraba su bondad, su comprensión, su
generosidad. Así lo recuerda con admiración y cariño Urbanita: como el
hombre bueno que era.

        Esta faceta bondadosa y afectiva la reflejaba en todo su Equipo
Rectoral. Se propuso hacer de él una familia, y a fe mía que lo consiguió.
Todos recordamos con nostalgia las excursiones anuales que generosamente
inició y organizó, coincidentes con la festividad de San Isidro, por la rutas

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