Page 77 - DICHOS, REFRANES Y GENÉTICA
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jugarlos”. El no caer en una paternidad irresponsable no equivale al absurdo de “poner el
parche antes que el grano”.

       El dicho popular “hijo de padres viejos” utilizado para poner de manifiesto que la
anomalía presentada por un hijo puede ser atribuida a la edad de los padres en su
concepción ha sido genéticamente confirmado en múltiples ocasiones. Sirva como
ejemplo el caso del síndrome de Down en el que la probabilidad de ocurrencia aumenta
con la edad de la madre, pasando de una probabilidad de 1 cada 2000 nacimientos en
mujeres jóvenes de 15 a 30 años a 1 cada 12 en mujeres de 50 años. Podría decirse que “el
tiempo no pasa en balde” porque “la edad no perdona”. En estos casos y otros similares
habría que recordar el proverbio de que “jugar con fuego es peligroso juego” o “el que
juega con fuego se quema” teniendo en cuenta que los fenómenos genéticos son sucesos
aleatorios cuya ocurrencia depende no sólo de la probabilidad sino también del tamaño de
la muestra, porque “tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe” y, como dice el
Eclesiastés (cap. 3, vers. 27), “quien ama el peligro, perecerá en él”. Por eso, como decía
antes, “lo mejor de los dados es no jugarlos”.

8. EPÍLOGO

       Decía Ramón y Cajal (1897) en sus “Reglas y consejos sobre la investigación
científica (Los tónicos de la voluntad)” que “mucho aprenderemos de los libros, pero más
aprenderemos en la contemplación de la Naturaleza, causa y ocasión de todos los libros”.
Efectivamente, la observación atenta de la naturaleza que nos rodea y de los fenómenos
vitales, de la vida diaria, de las relaciones y comportamiento humanos, ha llevado al
hombre a expresar su experiencia existencial en forma de dichos, haciendo realidad
aquello de que “la experiencia es la madre de la ciencia”. Por eso decía don Quijote a
Sancho Panza: “Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos
son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas...” Este refrán
está basado en la máxima de Sófocles: “se aprende después de experimentar”. En este
contexto se puede citar también el proverbio árabe (Erpenius, 57): “el experimento
aumenta el conocimiento, la credulidad conduce al error”. A lo largo de este trabajo se ha
puesto de manifiesto que la sabiduría popular, expresada en dichos de mayor o menor
rango, tienen ciertamente un contenido o son asimilables a una variedad de fenómenos

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